Los medicamentos más vendidos del mundo y propuestas de cambio

Por Miguel @MiguelJaraBlog

La periodista Julia Kollewe informó en The Guardian el pasado 28 de marzo que los medicamentos más vendidos en el mundo ganaron 46 billones de libras en 2013. Os muestro cuales son los fármacos más comercializados. España es uno de los países que más medicamentos consume.

Las cinco primeras posiciones las ocupan: Humira (anti-reumático, fabricado por AbbVie), Embrel (anti-reumático, fabricado por Pfizer/Amgen), Remicade (anti-reumática, fabricado por Johnson & Johnson/Merck ), Seretide/Advair (asma, fabricado por GlaxoSmithKline) y Lantus (diabetes, fabricado por Sanofi).

Son los más vendidos pero no alcanzan todavía a los 141 billones de dólares generados por Lipitor, el fármaco contra el colesterol manufacturado por la multinacional Pfizer. Este continúa siendo el medicamento más lucrativo de todos los tiempos.

En España somos uno de los países de la Unión Europea con mayor gasto en medicamentos (anualmente dedicamos casi el 22 % del gasto sanitario público a farmacia, unos 14.000 millones de euros, lo que no necesariamente se traduce en una mejor salud, sino que indica que somos muy dependientes de los intereses de las compañías farmacéuticas.

Las compras descentralizadas de medicamentos (comunidades autónomas, hospitales…) no sólo favorecen la mala gestión de lo público, sino que dan lugar a situaciones aberrantes propicias para la corrupción.

Además, la inexistencia de una industria pública permite que las grandes farmacéuticas campen a sus anchas en nuestro país.

Por ello estoy con la Coordinadora CAS Madrid cuando proponen:

-Retirar los medicamentos que han quedado obsoletos o que no ofrezcan ventajas terapéuticas sobre otros de precio inferior.

-Crear un sistema público de investigación, así como de una industria farmacéutica pública, para fabricar directamente los medicamentos que han perdido la patente y los considerados esenciales.

-Compras centralizadas para todo el sistema público, de los medicamentos que no puedan ser fabricados o no hayan perdido la patente.

-Dispensación de los medicamentos directamente en los centros sanitarios, en las dosis necesarias.

Estas medidas podrían, no sólo crear empleo, sino reducir el gasto en farmacia y ahorrar, como mínimo -según CAS Madrid, un tercio del gasto actual (5.000 millones de €/año).

Es evidente que una sociedad sana es aquella que menos medicamentos necesita. Deberíamos reflexionar sobre ello.