La violencia infligida por su pareja contra la mujer y su entorno familiar es un importante problema de salud pública en todo el mundo. Según fuentes de UNIFEM (organismo de la ONU para la mujer), al menos una de cada tres mujeres ha sido golpeada, forzada a mantener relaciones sexuales, o sufrido otro tipo de malos tratos a manos de su pareja a lo largo de su vida.
Los médicos son una figura clave en la detección precoz de los casos de violencia contra la mujer ya que las consultas o los servicios de urgencias suelen ser el primer lugar donde las mujeres acuden aquejadas de haber sufrido un accidente doméstico o padecer otras patologías que pueden esconder un maltrato físico y/o psicológico. Por ello en el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer”, que se celebra este 25 de noviembre, la Organización Médica Colegial (OMC) y la Fundación Patronato de Huérfanos y Protección Social de Médicos Príncipe de Asturias de la OMC instan a que los médicos tanto de Atención Primaria como aquellos que trabajan en los servicios de urgencias, tengan una mayor concienciación, que ante un caso sospechoso, es importante aplicar los protocolos que permitan detectar los casos de maltrato e, incluso, denunciar por la vía judicial.
La violencia contra las mujeres constituye una agresión contra las libertades y derechos humanos fundamentales, una lacra social que afecta a todas las culturas desde Oriente a Occidente así como a todas las clases sociales y niveles culturales. Durante décadas el maltrato a la mujer ha sido considerado como “algo normal”, la sociedad ha mirado para otro lado ante los gritos y llantos de las víctimas que han sufrido una paliza de manos de sus parejas. Según la Organización Mundial de la Salud, la violencia de género es la principal causa de muerte en mujeres entre 15 y 44 años en todo el mundo, por delante de fallecimientos originados por cáncer, malaria, accidentes de tráfico y las guerras.
Afortunadamente, en los últimos años ha sido cuando se ha puesto de manifiesto esta problemática y han salido a la luz cifras desgarradoras de mujeres maltratadas, muchas de ellas asesinadas por sus parejas. En la actualidad, en países como Australia, Canadá, Israel, Sudáfrica y los Estados Unidos, del 40 al 70% de las mujeres víctimas de asesinato lo fueron de manos de sus parejas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ante esta situación se han puesto en marcha normativas para erradicar este problema en las que destaca la legislación española (ley orgánica 1/2004 28 de diciembre de medidas de protección integral contra la violencia de género, por ser pionera en regular y apoyar a estas víctimas.
Sin embargo, los datos actuales demuestran que todavía queda mucho camino por recorrer y que toda la sociedad es responsable y cómplice si no denuncia los casos de maltrato. Según fuentes del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad (MSPSI), en lo que va de año se han registrado 63 mujeres asesinadas por violencia de género.
Entre las iniciativas puestas en marcha por la Unión Europea, destaca el programa Daphne III para el periodo 2007-2013, cuyo objetivo es el desarrollo de programas de protección de la infancia, jóvenes y mujeres frente a cualquier forma de violencia, así como conseguir un alto nivel de protección sanitaria y cohesión social. Entre las iniciativas propuestas destaca la recomendación de formar, en caso de que no existan, unidades especiales dentro de los distintos cuerpos de seguridad, sanitarios, judiciales y sociales que interviene en casos de violencia hacia las mujeres para poder ofrecer una atención especializada.
Hay que destacar los costes económicos directos e indirectos que suponen para los países la violencia contra las mujeres. Los distintos efectos en las vidas de las víctimas influyen no solo en su salud física y psicológica sino en el plano laboral. Asimismo, afecta negativamente a la salud y al bienestar de los demás miembros de la familia. Por todo ello los programas preventivos justifican sobradamente su coste económico en comparación con el impacto negativo que este problema social representa en la realidad del siglo XXI.
-La “voz” de los médicos también cuenta
Asimismo la Organización Médica Colegial (OMC) y la Fundación Patronato de Huérfanos y Protección Social de Médicos Príncipe de Asturias de la OMC se suman a la última campaña promovida por Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad “Tu voz también cuenta” para señalar que los médicos están comprometidos con un grave problema de salud pública que debe ser abordado de una forma multidisciplinar junto con el compromiso de toda la sociedad.
Para ello es muy importante que los médicos tengan una formación adecuada desde la sensibilización, prevención e intervención, a fin de poder detectar el mayor número de casos, saber cómo abordarlos así como conocer el marco jurídico en el que se enmarcan.
El profesional debe contar con un tiempo adecuado en sus consultas para profundizar en su paciente y entorno ya que detrás de una caída, un dolor o una crisis de ansiedad o depresión puede esconderse una víctima que calla por miedo, culpabilidad, entre otros condicionantes, su drama diario.
El centro de salud es el primer lugar donde muchas mujeres acuden. Por ello desde la Organización Médica Colegial y la Fundación Patronato de Huérfanos y Protección Social de Médicos Príncipe de Asturias de la OMC resaltamos que es muy importante implicar tanto al médico como a todos los profesionales sanitarios en la detección de agresiones a mujeres ya que muchas de ellas no se atreven a denunciar y necesitan el apoyo tanto del médico como de otros profesionales (enfermeros, trabajadores sociales, psicólogos, entre otros).
**Publicado en "Médicos y pacientes"