Son muchos los aceites que se pueden encontrar en el mercado, por ello es importante saber identificar qué opciones son las más apropiadas para nuestro tipo de piel y conocer todos sus beneficios. En este post, mostraremos cuáles son los mejores aceites esenciales para la cara y explicaremos de qué forma deben aplicarse para no dañar la piel del rostro.
Aceites esenciales para pieles grasas
La piel grasa sufre las consecuencias de una producción excesiva de sebo, lo cual hace que constantemente tenga una apariencia oleosa, poros dilatados e impurezas, como espinillas, puntos negros, granos, etc. También tiene una alta tendencia a desarrollar acné o dermatitis seborreica. Por todo ello, requiere de productos con propiedades exfoliantes, astringentes e hidratantes, y los aceites esenciales que poseen estas características son los siguientes:
Aceite esencial de árbol de té
El aceite esencial de árbol de té es uno de los mejores productos naturales al que podemos recurrir para mejorar el aspecto de la piel grasa y tratar el acné. Su éxito en este tipo de piel es gracias a sus propiedades antibacterianas, antisépticas, antiinflamatorias y cicatrizantes. Ayuda a destaponar los poros, combate las bacterias responsables de muchos tipos de acné, reduce la inflamación de los granos y permite que la piel sane y se recupere mucho más rápido.
Aceite esencial de geranio
El aceite esencial de geranio destaca por ser un gran astringente natural, lo cual permite regular la producción de sebo en la piel. Al mismo tiempo, consigue limpiar la dermis en profundidad y regenerarla ayudando así a que siempre tenga un aspecto radiante. Por otro lado, tiene un efecto tensor y es un buen aliado para reducir la visibilidad de las arrugas o líneas de expresión en el rostro.
Aceite esencial de ciprés
El aceite esencial de ciprés es muy recomendado para pieles grasas, con acné o seborrea, ya que cuenta con propiedades astringentes y antibacterianas muy potentes. Además, es un buen diurético que facilita la eliminación de toxinas, el exceso de sal y de agua, y por ello puede ayudar a prevenir el acné y otro tipo de condiciones cutáneas que sean consecuencia de una acumulación de sustancias tóxicas.
Aceite esencial de limón
Los aceites esenciales cítricos, como el de limón, son excelentes tratamientos para la piel grasa y acneica, pues actúan como limpiadores, astringentes y purificadores. Evitan la acumulación de bacterias, controlan el exceso de grasa y, además, impiden que las impurezas acaben formando antiestéticas marcas en la piel de la cara. También son antiarrugas y tonificantes.
Aceites esenciales para piel seca
Los que sufren de piel seca, por el contrario, presentan zonas de la cara con una significativa falta de hidratación, lo cual se traduce en resequedad, descamación, tirantez, rojeces, grietas, etc. Este tipo de piel también es más propensa a presentar arrugas prematuras y signos de envejecimiento que el resto. Entre los mejores aceites esenciales para piel seca, se destacan los siguientes:
Aceite esencial de caléndula
El aceite esencial de caléndula es muy rico en ácidos grados insaturados, los cuales son excelentes para mantener la piel hidratada y humectada al evitar que las células que componen la piel pierdan agua. Además, contiene vitamina E, un nutriente que le otorga unas propiedades antiedad muy interesantes y que ayuda a conservar la juventud del rostro por más tiempo.
Aceite esencial de neroli
El aceite esencial de neroli tiene la capacidad de hidratar las pieles más secas y de regenerar las células, por lo que le aporta mucha humectación y luminosidad a la dermis apagada. Además, funciona muy bien contra las arrugas, las marcas y cicatrices en la cara.
Aceite esencial de rosa
Extraído de los pétalos de distintos tipos de rosas, este aceite esencial humecta la piel profundamente dándole una suavidad extra y mucha tersura. Al mismo tiempo, es limpiador, regenerador y antiedad.
Aceite esencial de jazmín
Otro de los mejores aceites esenciales para la piel seca es el de jazmín, pues está especialmente indicado para el tratamiento de pieles sin vitalidad, las rojeces y la sensación de picor. También aumenta la elasticidad y flexibilidad de la piel para mantenerla joven y radiante.
Aceites esenciales antiarrugas
Dentro del fascinante mundo de la aromaterapia, también podemos encontrar aceites esenciales con una composición ideal para prevenir y reducir las arrugas o líneas de expresión en el rostro. Los que ejercen una mayor acción antiedad sobre la piel son:
Aceite esencial de naranja
Se trata de un aceite que aporta una importante dosis de vitamina C, un nutriente muy antioxidante. Esto permite proteger la piel del proceso de envejecimiento neutralizando la acción de los radicales libres que dañan las células que componen la dermis.
Aceite esencial de sándalo
El aceite esencial de sándalo posee compuestos sesquiterpénicos, los cuales promueven el crecimiento celular y, por ende, previene el envejecimiento prematuro de la piel al mantener las células sanas y en buen estado.
Aceite esencial de semilla de zanahoria
Este aceite se extrae de las semillas secas de la planta de la zanahoria y tiene la propiedad de regenerar las células de la piel. Es muy nutritivo y una gran ayuda para atenuar las arrugas existentes, prevenir la formación de nuevas y proporcionar juventud y luminosidad al cutis.
Cómo aplicar aceites esenciales en la cara
Debido a su elevada concentración y sus potentes propiedades, los aceites esenciales aplicados directamente sobre la piel pueden resultar irritantes. Por ello, siempre es recomendable diluirlos previamente en una sustancia portadora, como puede ser un aceite vegetal (de almendras, de oliva, de argán, de coco, de girasol, de jojoba, etc.) o el gel de aloe vera que ya de por sí, es muy bueno para la cara. La mezcla que se realice debe contener un 98% de la sustancia conductora seleccionada y un 2% del aceite esencial, de esta forma no dañaremos la piel del rostro y podrá utilizarse siempre de forma segura.
Otra forma de usar los aceites esenciales para la cara anteriores es agregar unas gotas del aceite escogido a la crema, tónico o mascarilla facial que solemos aplicar en la piel de manera habitual.