El 8 de Junio de 1959 el submarino USS Barbero situado en la base naval de Norfolk, Virginia lanzó un misil de crucero Regulo hacia la base de Mayport, Florida, donde llego 22 minutos mas tarde después de recorrer 500 millas (unos 900 kilómetros) sobre el océano. Este misil normalmente iba equipado con dos cabezas nucleares que le fueron retiradas y sustituidas por dos contenedores que contenían un total de 30.000 cartas. Todas estas cartas eran idénticas e iban dirigidas a distintas personalidades como prueba y conmemoración de la hazaña lograda. Los responsables del envio rápidamente lanzaron las campanas al vuelo y llegaron a decir que "antes de que el hombre llegue a la Luna cientos de misiles dirigidos cruzaran el Atlántico llevando correspondencia entre Europa y USA". Pero todas estos proyectos nunca vieron la luz, después de aquel primer envió se vio que los costes eran muy superiores a los beneficios que podía reportar la empresa. Ademas las fuerzas armadas estadounidenses rápidamente retiran su apoyo ya que una vez demostrado que podían hacerlo (no olvidemos que estamos en plena Guerra Fría) perdieron el interés en aportar submarinos y misiles para esta empresa. La verdad es que en la actualidad hubiera sido una bonita manera de reciclar los misiles intercontinentales y de crucero que se destruyeron en las distintos planes de desarme entre Estados Unidos y la Unión Soviética primero y entre aquellos y Rusia tras la caída del muro.
En la reciente entrada sobre el Parcel Post Service y el edificio enviado por correo la nunca bien ponderada "profe" me dejo un comentario sobre la etimología de las palabras correo y postal. Resumiendo sus palabras podemos decir que correo vendría del latín currere, osease correr, mientras que postal derivaría del latín positus, que seria el lugar donde se relevaban los caballos para que los mensajeros prosiguieran su camino con caballos frescos sin tener que detenerse. Dos formas de llevar el correo que ya han quedado anticuadas, con el advenimiento del tren, los vehiculos a motor y el avión. Los distintos servicios de correos siempre han sido pioneros a la hora de adoptar los nuevos medios de transporte para el cumplimiento de su misión. Tanto es así que el servicio americano llegó a experimentar con misiles militares.
El 8 de Junio de 1959 el submarino USS Barbero situado en la base naval de Norfolk, Virginia lanzó un misil de crucero Regulo hacia la base de Mayport, Florida, donde llego 22 minutos mas tarde después de recorrer 500 millas (unos 900 kilómetros) sobre el océano. Este misil normalmente iba equipado con dos cabezas nucleares que le fueron retiradas y sustituidas por dos contenedores que contenían un total de 30.000 cartas. Todas estas cartas eran idénticas e iban dirigidas a distintas personalidades como prueba y conmemoración de la hazaña lograda. Los responsables del envio rápidamente lanzaron las campanas al vuelo y llegaron a decir que "antes de que el hombre llegue a la Luna cientos de misiles dirigidos cruzaran el Atlántico llevando correspondencia entre Europa y USA". Pero todas estos proyectos nunca vieron la luz, después de aquel primer envió se vio que los costes eran muy superiores a los beneficios que podía reportar la empresa. Ademas las fuerzas armadas estadounidenses rápidamente retiran su apoyo ya que una vez demostrado que podían hacerlo (no olvidemos que estamos en plena Guerra Fría) perdieron el interés en aportar submarinos y misiles para esta empresa. La verdad es que en la actualidad hubiera sido una bonita manera de reciclar los misiles intercontinentales y de crucero que se destruyeron en las distintos planes de desarme entre Estados Unidos y la Unión Soviética primero y entre aquellos y Rusia tras la caída del muro.
El 8 de Junio de 1959 el submarino USS Barbero situado en la base naval de Norfolk, Virginia lanzó un misil de crucero Regulo hacia la base de Mayport, Florida, donde llego 22 minutos mas tarde después de recorrer 500 millas (unos 900 kilómetros) sobre el océano. Este misil normalmente iba equipado con dos cabezas nucleares que le fueron retiradas y sustituidas por dos contenedores que contenían un total de 30.000 cartas. Todas estas cartas eran idénticas e iban dirigidas a distintas personalidades como prueba y conmemoración de la hazaña lograda. Los responsables del envio rápidamente lanzaron las campanas al vuelo y llegaron a decir que "antes de que el hombre llegue a la Luna cientos de misiles dirigidos cruzaran el Atlántico llevando correspondencia entre Europa y USA". Pero todas estos proyectos nunca vieron la luz, después de aquel primer envió se vio que los costes eran muy superiores a los beneficios que podía reportar la empresa. Ademas las fuerzas armadas estadounidenses rápidamente retiran su apoyo ya que una vez demostrado que podían hacerlo (no olvidemos que estamos en plena Guerra Fría) perdieron el interés en aportar submarinos y misiles para esta empresa. La verdad es que en la actualidad hubiera sido una bonita manera de reciclar los misiles intercontinentales y de crucero que se destruyeron en las distintos planes de desarme entre Estados Unidos y la Unión Soviética primero y entre aquellos y Rusia tras la caída del muro.