También sostienen la parte ginecológica: la vagina, el útero y los ovarios.
Para que estos conductos de salida (como la uretra para la salida de la orina; la vagina, durante el acto sexual y en el momento del parto, y el recto, que comunica el aparato digestivo al exterior) funcionen bien, los músculos del suelo pélvico deben ser fuertes, elásticos y ser tonificados.