Un nuevo estudio realizado por las Universidades de Massachusetts Medical School, y de Boston publicado en la revista AAP - Journal of the American Academy of Pediatrics sugiere que los autistas, tienden a rechazar consumir más alimentos y son más propensos a ingerir una reducida variedad.
Esos hábitos en niños autistas los ponen en riesgo nutricional. El equipo indagó sobre si los niños con un trastorno del espectro autista (TEA) tenían hábitos alimentarios "típicos" (como se sugería) y si esas diferencias influían en la nutrición. La exigencia con la comida se observó en los niños con un TEA y en aquellos con desarrollo normal, aunque los primeros mostraron un mayor rechazo alimentario y una variedad más limitada de alimentos..
La exigencia alimentaria no estuvo asociada con la edad. El rechazo alimentario y la variedad de los alimentos en los niños con desarrollo normal fueron similares en todas las edades. Los padres de los niños autistas reconocieron que sus hijos comían un solo alimento 4 ó 5 veces por día. Dado que los participantes autistas tendían a ingerir una variedad limitada de alimentos, muchos tenían más deficiencia de vitaminas A, C y D, y de zinc, calcio y fibra, que los niños con desarrollo normal.