En las últimas semanas ha estallado en España un escándalo de proporciones monumentales relacionado con la memoria histórica y que ejemplifica como pocos el clima de corrupción material, degradación moral e impunidad criminal que caracterizaron al Régimen franquista.
Se trata del conocimiento público del robo de decenas de miles de niños recién nacidos organizado durante décadas por redes en las que participaban miles de funcionarios, tanto del Régimen (médicos, enfermeras, policías, jueces...) como del que fuera su principal aparato ideológico de legitimación, la Iglesia católica (curas, monjas y jerarcas). Desde el final de la guerra de España hasta los años setenta, estos criminales sin escrúpulos arrebataron sus bebés a mujeres presas catalogadas como "rojas" o que simplemente se hallaban en situación de extrema pobreza, algo habitual en la larga postguerra española; aprovechándose de la indefensión de las víctimas los secuestradores se hacían con las criaturas en los mismos hospitales en los que sus madres acababan de darles a luz, para entregarlos de inmediato a familias del Régimen o conectadas con éste.
Lo que en los años cuarenta y cincuenta comenzó siendo una actividad de contenido ideológico -se trataba de "educar" a los recién nacidos en un ambiente de "gente de bien"-, se transformó luego en un negocio de compraventa que movió millones de pesetas hasta los primeros años de la Transición. La brutalidad y falta de escrúpulos de los miembros de esta hiper mafia resultan sencillamente asombrosos, incluso para quienes ya sabíamos del increíble grado de abyección al que llegaron los servidores/beneficiarios del Régimen franquista.
Desvelar responsabilidades concretas con nombres, apellidos y cargos, es la tarea a la que comienzan a aplicarse diversos colectivos integrados por quienes se saben o se sospechan "niños robados". Veremos si una vez más funcionan los mecanismos de encubrimiento habituales en estos casos -véase lo ocurrido con el juez Garzón como consecuencia de su intento de investigar los crímenes contra la Humanidad franquistas-. La verdad es que uno no se hace demasiadas ilusiones máxime cuando sabemos que entre los posibles imputados habría de figurar un buen puñado de sacerdotes y monjas, siendo como es la Iglesia católica española intocable para la justicia.
En la fotografía que ilustra el post, un grupo de niños son obligados a saludar al estilo fascista en un hospicio durante los primeros años del Régimen franquista.