Cuando me propuse escribir sobre favoritos del año, lo hice con la idea en mente de hablar de 12 productos, exactamente uno por mes, pero para mi sorpresa, apenas pude enumerar la mitad sin esfuerzo. Ahí fue cuando me di cuenta que no me había enamorado de tantos productos como imaginaba.
Que paso? muchos factores se superponen pero principalmente creo que lo puedo resumir a estar más informada y consumir responsablemente.
Me explico mejor; al principio de año, hice limpieza de maquillaje y me encontré con productos vencidos que nunca había usado(sí, productos cerrados), productos que había comprado y no me gustaron o no me sirvieron, miles de labiales del mismo color casi sin usar porque sólo uso el mejor de todos y un montón de productos que compre por impulso, por baratos o por probar de lo que todo el mundo estaba hablando. Mostré por historias de instagram la cantidad de cosas que tire, y otras muchas las regale a mis primas para que jueguen. Toda esa limpieza me hizo darme cuenta de la cantidad de cosas que acumulaba sin darle uso y me propuse ser más responsable a la hora de comprar nuevos productos. Esto significó una reducción importante en mis compras. Sí no termino algo, no compro nada nuevo a menos que lo necesite o tenga muchisisisimas ganas de probar algún producto nuevo que se que le voy a dar uso y siempre y cuando no haya comprado otras cosas ese mes.
Otro factor que influyó fue sin dudas el hecho de informarme antes de comprar algo que quiero, investigar reseñas, ingredientes, activos y sí vale la pena o no, y principalmente sí me va a servir para lo que lo estoy buscando.
Los otros factores sin dudas son mi piel sensible y el hecho de seguir el método low poo: estas dos cosas achican el rango de productos que puedo consumir, sin dudas.
Reflexionando sobre todo este tema me di cuenta que me gusta estar informada y ser un poco más consciente a la hora de consumir, pero a la vez me sentí envuelta en una gran paradoja porque
a) al no consumir muchos productos no tengo “material”nuevo para hacer reseñas y generar contenido, y
b) siendo una beauty blogger me gusta poder probar y contarles sobre nuevos productos para que ustedes también puedan decidir más informadas.
De verdad me sentí muy agobiada por todo esa dualidad que estaba pasando por mi cabeza y un artículo de favoritos se terminó convirtiendo en todo un dilema filosófico que impedía seguir creando contenido, (Si, así de exagerada soy siempre en la vida. ) hasta que creo que encontré la punta del ovillo y pude tomar una decisión en cuanto al contenido que quiero crear y compartir y mi vida en general.
De ahora en más voy a compartir más looks de maquillaje, un poco menos de reseñas y seguramente muchos anti-hauls donde les cuente porque decido no comprar ciertos productos (pueden aportar ideas de que quieren que investigue) pero, lo más importante es que voy a compartir mucha más información para que ustedes tengan en cuenta a la hora de comprar y puedan elegir sabiamente productos que sirven en vez de acumular cosas que no usan (sí es lo que ustedes quieren obvio, si les gusta tirar plata y malgastar recursos, mal por ustedes pero, yo no voy a contradecir sus decisiones)
No me considero influencer ni nada parecido, pero si desde mi lado puedo provocarles al menos la inquietud para generar un cambio que beneficia a todos, creo que es mucho más importante y enriquecedor que sólo mostrar looks lindos o el último color de labial que salio, no? Igualmente lo voy a seguir haciendo porque me encanta pero sin usar la última sombra o el labial que lanzaron las marcas.
Como se puede ver el 2018 me abrió la cabeza y experimenté varios cambios que me alegra haber hecho y como siempre fui sincera con lo que compartía en las redes, me pareció importante comunicar este nuevo paradigma y empezar a usar este espacio para generar un poco más de consciencia a la hora de consumir.