Además, se inyectan altas frecuencias en la red -para emitir datos- algo no realizado hasta ahora de manera masiva por lo que se desconoce su posible impacto en la salud. Os recomiendo leer el original en la revista. Hoy os hago un resumen. Mañana concreto sobre los aspectos jurídicos del asunto.
La propuesta de cambiar los actuales contadores de la luz por otros que permitan a las empresas controlarlos a distancia para ahorrarse el coste que les supone tener que enviar alguien a leerlos, se puso en marcha hace unos años. En España la regulación de este cambio se inició en el ámbito de la electricidad mediante la Orden ITC/3860/2007, de 28 de diciembre –publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de 29 de diciembre de 2007- que establecía que todos los contadores de potencia inferior a 15 kW debían sustituirse antes del 31 de diciembre de 2018 por equipos que permitan la telegestión.
De esa manera, el propio contador hace llegar la información correspondiente de cada usuario hasta la compañía. En unos casos porque el mismo aparato cuenta con una antena que emite directamente los datos a la central -que es lo que al parecer está haciendo Iberdrola- y en otros porque la señal va desde el contador individual hasta un aparato –un concentrador- ubicado en el interior del centro de transformación de la zona y desde éste se emite luego la información a la central a través de una antena –que es por lo que ha optado Endesa-. Con lo que en unos casos desde todas las viviendas de cada edificio se emiten radiaciones de microondas y en otros desde cada centro de transformación (normalmente uno por urbanización o manzana).
Y esto se hace mediante Wimax -siglas de la expresión inglesa Worldwide Interoperability for Microwave Access o Interoperabilidad mundial para el acceso por microondas-, método de transmisión de datos que utiliza ondas de radio con frecuencias de entre 2,3 y 3,5 gigahercios. Es decir, se trata de un sistema similar al WiFi solo que de mayor potencia y alcance.
Aquí radica el principal problema: si ya la red de antenas de telefonía en España es inadmisible resulta que ahora va a aumentarse haciéndola mucho más densa. De lo que cabe inferir que la radiación electromagnética de nuestro entorno será en breve enorme. Justo cuando todos los organismos internacionales están recomendando sustituir las antenas de telefonía, los WiFi y los Wimax por fibra óptica.
¿Y se ha hecho antes de aprobar todo esto algún estudio del impacto que puede tener en la salud de las personas? La respuesta, por incomprensible que resulte, es NO.