Los objetivos SMART no son los más inteligentes

Por Elgachupas

“La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica”Aristóteles (384 a.C. – 322 a.C.). Filósofo griego

Antes de empezar, es posible que alguno de vosotros me tachéis de hereje al leer este artículo. Y alguno pensará que caigo en contradicciones –no en vano ya he publicado anteriormente sobre las bondades de fijar objetivos de forma inteligente con el método SMART. Sucede que a lo largo del tiempo uno va aprendiendo de la experiencia y del estudio, y se da cuenta que no siempre es oro todo lo que reluce. Pero vayamos al grano.

¿Qué es lo que dice el método SMART (inteligente) para fijarse objetivos? Pues que para que un objetivo funcione –o sea, tengamos alguna posibilidad de alcanzarlo–, debe estar definido siguiendo 5 criterios básicos: 1) que sea específico, 2) que sea medible, 3) que sea alcanzable de manera realista, 4) que sea significativo y 5) que esté limitado en el tiempo. Este es uno de los pilares de la productividad personal. Y desde luego, así dicho, parece muy razonable, y muchos expertos en productividad personal lo siguen recomendando ampliamente.

Bueno, pues yo hace un tiempo que he empezado a dudar de su efectividad, al menos tal y como está expresado en la mayoría de blogs y libros que hablan del asunto. Es cierto que en su mayor parte el método SMART sigue siendo válido. Definitivamente, un objetivo debe ser específico, medible y signficativo. Sobre esos 3 puntos no albergo ninguna duda. De lo que no estoy tan seguro es de que deba ser realista, al menos así, sin matices. Y de lo que sí estoy completamente seguro es de que limitar muchos objetivos en el tiempo no solo no funciona, sino que es totalmente absurdo y genera sensación de fracaso más veces de las que queremos reconocer.

Como a estas alturas muchos de vosotros os estaréis revolcando en el asiento pensando todo tipo de cosas feas sobre lo que acabo de decir, dejad que me explique y luego entablamos conversación el los comentarios :-)

Fijarse objetivos realistas sí, pero…

Según los expertos, si nos fijamos objetivos demasiado ambiciosos es posible que no consigamos alcanzarlos. Y no solo eso, el no poder alcanzar un objetivo demasiado ambicioso producirá en nosotros todo tipo de feedback emocional no deseado, como frustración o la sensación de que nunca seremos capaces de conseguirlo.

En cierto modo tienen razón, especialmente si consideramos objetivos que deben cumplirse en un plazo de tiempo determinado. Sin embargo, establecer objetivos demasiado realistas nos impide desarrollar todo el potencial del que somos capaces. En el mejor de los casos, alcanzaremos las metas a largo plazo en más tiempo del necesario; en el peor, entraremos en un círculo de “pseudomediocridad”, obteniendo logros muy por debajo de nuestras posibilidades.

Por supuesto, conseguir objetivos, aunque sean “mediocres”, es mejor que no conseguir ninguno. Pero si te preocupa tu productividad personal y tienes la intención de dar todo lo mejor de tí mismo, no debes ni puedes conformarte con que tus objetivos sean simplemente realistas. Debes ir un poco más allá. Tus objetivos deben ser ambiciosos, de modo que supongan un verdadero aliciente y te motiven a trabajar cada día por alcanzarlos.

Fijarse fechas límite no siempre funciona

Después de mucho tiempo tratando de aplicar SMART y no conseguir todo lo que me proponía, entré en una fase de confusión que me tenía preocupado. Se suponía que el método SMART estaba probado y funcionaba. No fue hasta leer a Jurgen Wolff que descubrí lo que estaba fallando: ponerle fechas a muchos objetivos es un grave error.

Casi siempre hay dos grandes problemas con las fecha límite:

1. No tienes datos fundados. En la mayoría de las ocasiones, cuando te fijas un objetivo ni siquiera sabes cómo vas a hacer para conseguirlo. Es absurdo fijarte un plazo, ni siquiera aproximado, para algo que no sabes cómo vas a enfocar. Puede que tengas alguna idea de los procedimientos o técnicas que pondrás en marcha, pero no sabes si cómo funcionarán, o si funcionarán del todo.

2. Hay otras personas involucradas. Salvo contadas excepciones, para alcanzar muchos de nuestros objetivos necesitamos de la ayuda de los demás. Podemos animar y motivar a las personas involucradas, pero nunca podemos tener el control sobre ellas. En estas condiciones, ¿cómo podemos establecer un plazo que sea siguiera aproximado?

Si tu objetivo no se ve afectado por estos dos problemas, adelante, fíjate una fecha límite. Pero si no, ponerte fechas límite es como tratar de utilizar un calendario para programar tus próximas acciones. Hay demasiados factores que escapan a tu control como para que tengas una mínima posibilidad de éxito. Y el resultado de no cumplir tus objetivos en un plazo –arbitrario– impuesto es muy similar al de no ser capaz de cumplir tu –arbitraria– agenda: sensación de fracaso, desconfianza de los métodos de productividad personal, y vuelta a la mediocridad.

Una mejor estrategia para fijarse objetivos

Un enfoque más funcional, un poco parecido a la planificación natural de GTD pero aplicada a los objetivos, sería el siguiente:

  1. Fijas una meta
  2. Haces todo lo que puedas por conseguirla
  3. Observas cómo va funcionando
  4. Haces los ajustes que sean necesarios
  5. Repites los pasos 3 al 5 hasta alcanzar el objetivo

De esta forma no hay fracaso, simplemente análisis, aprendizaje, adaptación y acercamiento a la meta. Sin la presión de una fecha fija te sentirás más libre para probar nuevas estrategias, ser más creativo y disfrutar del camino. Además, al no tener una fecha límite podrás fijarte objetivos no tan realistas y sí más motivadores.

Como dice Jurgen Wolff, si existe un fracaso sería el de abandonar la meta, pues nadie puede decir que fracasa si cada paso que da le acerca un poco más a su objetivo –especialmente si ese objetivo es ambicioso ;-)

¿Has conseguido cumplir todos tus objetivos con el método SMART? ¿Crees que este enfoque es más razonable y realista? Ahora sí, es tiempo de opinar en los comentarios.

Artículo original escrito por Jero Sánchez. Sígueme en Twitter.

Foto por Wolfgang (via Flickr)