Después de mi retiro, vuelvo para recomendaros otro libro, la primera parte de una trilogía que el año pasado tuvo mucho éxito, Los ojos amarillos de los cocodrilos cuenta la historia de Joséphine Cortès, una mujer actual con unos conocimientos asombrosos del siglo XII.
Sinopsis: Joséphine es una mujer facasada: su marido la ha abandonado, su hija mayor no la respeta ( yo he tenido momentos de odio hacia este personaje), nadie valora su trabajo como experta en historia medieval y, además, ha vivido siempre bajo la sombra dominante del éxito de su hermana, la bella y rica Iris.
Pero Jo tiene algo que Iris no posee: sensibilidad, bondad y... otras muchas cosas que nitan siquiera ella sospecha.
Frases del libro que me han gustado:
- ¿ Qué es lo que te da más miedo del mundo? ¿ Qué es lo que te parece imposible de afrontar? Cuando hayas identificado ese miedo, ese miedo que es el origen de todos los demás, entonces ya no tendrás ningún miedo y, por fin, te convertirás en ti misma.
- Cuando no sepas adónde vas, párate y mira de donde vienes.
- Te amo, Dios, vela por mí, no me olvides, yo que te olvido tan a menudo.
- Una vida se resume tanto por lo que uno se lleva de ella como lo que se ha echado en falta en el camino.
- ¿ Qué es el deseo, mamá? Es cuando se está enamorado de alguien,cuando se tienen muchas ganas de besarle pero se espera, se espera, y toda esa espera es el deseo. Cuando no le has besado aún, cuando sueñas con él al dormirte, cuando te imaginas, cuando tiemblas imaginándote, y es tan agradable todo ese tiempo en el que te dices que quizás, quizás le vas a besar pero no estás segura....
- Las penas de amor de nuestros hijos es lo peor que hay. Sufrimos tanto como ellos y somos impotentes.
- Cuando amas, estás salvada.
- No llorar- se repetía- no llorar, voy a perder mis fuerzas si lloro.
- La vida continúa siempre. Te da razones para llorar y razones para reír. Es la vida, confía en ella. La vida es una persona que hay que tomar por compañera. Entrar en su corriente, en sus remolinos, a veces te hace tragar agua y te crees que vas a morir, y después te agarra por el pelo y te deja más lejos. A veces te hace bailar, otras te pisa los pies. Hay que entrar en la vida como se entra en un baile. No parar el movimiento llorando por uno, acusando a los demás, bebiendo, tomando pastillitas para amortiguar el choque. Bailar, bailar, bailar. Pasar las pruebas que te envía para hacerte más fuerte, más determinada.
Ya me diréis si os animáis a leerlo.
Besitos!!!!!!