Los ojos de Julia se enmarca dentro del manido género de suspense español, en un nuevo intento de Belén Rueda por superarse a sí misma, sin demasiado éxito, pues muy posiblemente colmó sus dotes con interpretaciones notables como Mar Adentro; con doble mérito, ya que comenzó su carrera cinematográfica viniendo del mundo de la TV.
Los Ojos De Julia [Blu-ray]
Voy a hacer un nuevo intento por defender las virtudes de nuestro cine, porque al hacerlo me estoy, en último término, defendiendo a mí mismo.
Si un pueblo y una cultura que abrió las ventanas del mundo y le mostró la belleza, en las manos de los más grandes pintores, de los más grandes literatos, que describieron con absoluta genialidad las más grandes proezas y, hay que decirlo, las más grandes barbaries a manos también de nuestro pueblo, no es capaz de recuperar el rumbo de su arte cinematográfico, sobre todo en contenidos, tiene que ver o con las catacumbas de su industria o con un pueblo que merece el cine que se le ofrece, sencilla y llanamente porque lo demanda o porque en el atracón del posmodernismo no sabe ya usar el paladar.
Los ojos de Julia dibuja un halo misterioso desde el primer momento, de la mano de una extraña planificación y una misteriosa música que, al menos, nos llaman la atención. Su argumento es atractivo, macabro, duro, desagradable; lo es en sí misma la ceguera, probablemente uno de los más grandes desafíos al que puede asomarse un ser humano (que nuestros asesores jurídicos vayan preparando nuestra defensa). Hay que decir que la planificación y la música van de la mano de esta intención y se percibe.
No ahondaré en las profundas carencias actorales de nuestro cine, que no tienen, necesariamente, que ser culpa de nadie. Pudiera ser, simplemente, que el cine no lo inventamos nosotros, ni lo hicimos grande nosotros y que quien haya visto algo de Cine no pueda escapar de las continuas comparaciones, buscando en nuestros parámetros cinematográficos a Wilder, a Bergman, a Godard, a Scorsese, a De Niro, a Al Pacino o a Gary Grant. Y al no encontrarles, ningún actor salvo excepciones llega a ese nivel. De ahí pudiera deducirse que tenemos peores actores, peor cine; yo defiendo que en el intento de imitar nos perdemos, imitar no debiera ser nunca más que un vehículo en los comienzos.
Me encantó el asesino de Los ojos de Julia. Poderosa mirada y poderosa voz, en un claro entendimiento de la severa psicopatología del personaje, bellisimamente dibujada y mejor aun, sugerida. Vuelve a aparecer, al menos para los que queremos verlo, el psicoanálisis. ¿O es al revés?
El film, lejos de perderse, se mantiene, pierde fuerza solo un poco y mejora notablemente al final. Esto siempre es de agradecer.
Amigos, que sin saber aun desde dónde ni quiénes sois, soportáis mi soberbia y mis claras heridas narcisistas, que espero veáis la dulzura con la que mimo esta maravilla de arte que es el cine, que veis la inmensa ignorancia de mi teclado y perdonáis mi arrogancia...A un hombre que es inteligente y que es bueno, hay que pedirle más que a otro no tan bueno y no tan inteligente.
No hemos cambiado tanto desde Berlanga, Erice, Chávarri, Buñuel, Saura, Amenábar, Almodovar, Azcona, Médem, Armendáriz, Trueba y tantos otros.
Nos están robando el talento y las historias. Despertemos.
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