Las suecas toman el doble de antidepresivos que los suecos. Sin embargo, uno de cada cinco nuevos usuarios de estos fármacos --tanto hombres como mujeres-- recibe sólo una prescripción, según una investigación de la Escuela Nórdica de Salud Pública.Para la investigadora de esta escuela Karolina Andersson, "esta situación puede indicar que los pacientes deciden terminar el tratamiento antes de la fecha que les recomienda su médico".La depresión se puede convertir en la segunda mayor fuente de enfermedad global, después de las enfermedades cardiacas, para 2020. Las consecuencias son la pérdida de calidad de vida, el aislamiento social, la disminución de la capacidad intelectual y la incapacidad para desarrollar las actividades propias de la vida diaria.
Otras consecuencias de la depresión afectan significativamente a la salud del paciente, elevando sus posibilidades de convertirse en una persona dependiente o su riesgo de suicidio. Un equipo de investigadores de la Escuela Nórdica de Salud pública, entre los que se encontraba Andersson, y de la Universidad de Goteburgo realizaron un estudio para registrar a los adultos jóvenes que habían comprado al menos un antidepresivo en 2006. El trabajo mostró que entre el 4 y el 13 por ciento de los suecos entre los 20 y los 34 años consumieron antidepresivos ese año. Casi el doble de estos pacientes eran mujeres. Además, el 2,5 por ciento tomaban también otro fármaco para estabilizar su humor.
Entre aquellos que tomaban antidepresivos, una décima parte también tomaba antipsicóticos. Muchos de ellos sólo compraron sus antidepresivos una vez, lo que indica que el fármaco no fue utilizado de forma óptima, pues la duración mínima recomendada de un tratamiento son seis meses, después de que la depresión se haya superado. Según Andersson, "sería necesario controlar a estos pacientes durante un periodo de tiempo más largo y ver si vuelven a comprar antidepresivos, en una etapa más tardía". "En la actualidad carecemos de conocimientos sobre las razones por las que sólo compran su medicación una vez, por lo que se necesitan más estudios", ha dicho."Anteriores investigaciones internacionales indican que los pacientes suelen tomar esta decisión de forma independiente y rara vez informan a su prescriptor de por qué deciden dejar de tomar la medicación", apunta.
Los resultados indican una elevada mortalidad entre hombres y mujeres que toman antidepresivos, en combinación con estabilizadores del humor. Sin embargo, el uso de litio no sigue este patrón. "Una posible razón es que los consumidores de litio reciben un mejor seguimiento", anota Andersson.El aumento de la mortalidad se ha visto también en el grupo de individuos que toman antidepresivos y antipsicóticos, por lo que, según Andersson, "será necesario realizar más estudios para diseñar el mapa de las razones por las que tienen una mayor mortalidad".