La obra de Pablo Picasso es excepcional la mires como la mires. Te guste más o menos el estilo, hay que reconocer que es un artista que destacó y supo marcar la diferencia en sus composiciones. No sólo por la mezcla entre formas figurativas y abstractas sino también por las tonalidades de sus obras.
Esos tonos tan característicos de Pablo Picasso son algo más que fruto de la casualidad. De hecho parte de esa amplia paleta de colores se confeccionó en exclusiva para el malagueño, como los pasteles al óleo iridiscentes de Pablo Picasso.
Historia de los pasteles al óleo iridiscentes de Pablo Picasso
Es conocido que Henri Goetz y Pablo Picasso eran amigos. Lo que no es tan conocido es que Henri Goetz también era amigo de Henri Sennelier, a quién le pidió que fabricara unos materiales nuevos para Picasso, “unas tizas de color a la cera”.
Y esto es lo que surgió:
Bueno, esto literalmente, no… Porque con esa idea que le dió Goetz nacieron los pasteles al óleo Sennelier. En origen creó una gama más común de colores, pero con el paso de los años fue necesario ampliar la gama cromática, incluir tonos metalizados y por supuesto los pasteles al óleo iridiscentes de los que hablamos hoy.
Para aquellos que no tengan muy claro que es un color iridiscente, podemos definir la iridiscencia como un fenómeno por el cual según el ángulo de vista un color cambia ligeramente la tonalidad con la que nuestra vista percibe el color.
Con los pasteles al óleo iridiscentes se pueden conseguir efectos visuales muy originales aplicándolos tanto a agrandes superficies como trabajando solo algunos detalles. Otra opción, válida sobre todo si tomamos una línea de trabajo similar a Picasso es emplear éstos pasteles al óleo iridiscentes para hacer contornos o para enmarcar elementos reconocibles dentro de una composición.
¿Qué dices? ¿Te animas a probar los pasteles al óleo iridiscentes? ¿Quieres conocer el resto de la gama de pasteles al óleo de Picasso?