A veces esperamos tanto de la vida, que olvidamos que la vida misma no ofrece en cada minuto, en cada segundo de nuestro tiempo momentos inolvidables y verdaderamente felices.
Esperamos lograr grandes cosas y soñamos con el feliz futuro, cuando podemos tener un feliz presente, pero nos olvidamos de disfrutar los pequeños detalles.
Todos tenemos la capacidad de sentir. Con cada uno de nuestros sentidos podemos disfrutar lo que la vida nos ofrece en cada momento. Sin embargo tenemos tantos distractores…. El trabajo, la televisión, computadora, celular, tableta, el estrés, la ansiedad, el tráfico, los problemas…. Infinidad de distractores….
Pero creo que el principal distractor es la necesidad de correr y correr y correr que ya ni sabes ni porque corres pero siempre estas corriendo, sentimos que no tenemos tiempo, vivimos apurados por alcanzar el futuro gastándonos el presente.
Y lo repito todos tenemos la capacidad de sentir…
De sentir la brisa de la lluvia rozar tus mejillas y demostrarte que tu piel es tan sensible y que percibes fácilmente, ahora imagínate el impacto de una caricia.
De oler el aroma de un buen café en la mañana… ahora imagínate el impacto del aroma de tu ser amado.
De saborear esa rica sopa casera que tu esposa, madre, hermana, amiga te ha preparado con mucho cariño.
De mirar la sonrisa y asombro de tu hija cuando llegas por fin a casa.
De poder escuchar la melodía de los gorriones, ahora imagínate el impacto que tiene la melodía que escucha tu hijo cuando lo arrullas para dormirlo.
De disfrutar de tu trabajo y agradecer que sea lo que estés haciendo, estás haciendo algo mínimo o grandioso para un fin productivo, que estas aportando algo.
De disfrutar aprender de todo y de todos en todo momento si pones tu mente abierta.
Vivimos tan robotizados que nos olvidamos de sentir y de disfrutar cada mínimo detalle mientras vamos por el camino.
Y precisamente los detalles del camino son los que esconden la verdadera felicidad.
La felicidad de sentir y darte cuenta que estas vivo, la felicidad de compartir unos minutos con tus seres queridos, un helado, un chocolate una sonrisa… La felicidad de decir una tontería y que todos se echen a reír. La felicidad de dar un beso y hacer latir tu corazón.
Pequeños detalles están en todo el momento del día.
Y son los pequeños detalles como el sorpresivo beso que te planta tu hija, mientras estas jugando con ella, la flor que cortas del jardín de tu mamá, para dársela a tu mamá, el abrazo apechugado que le das a tu papá para decirle cuanto lo amas, el momento de lucidez que te regala tu abuelita que ya esta mayor, las palabras de aliento que recibes de un amigo para seguir adelante. La moneda que le regalas a la muchacha que te empaco la despensa. El saludo amable que le devuelves a esa persona que te parece un misterio. Las gracias que le das a la vida por darte un día más para sentir.
Son los pequeños detalles en nuestro día a día a los que no les ponemos atención y los que te pueden dar así de simples tanta felicidad.
Y muchos de esos pequeños detalles resultan ser los que marcan nuestras vidas y también son los que serán recordados por el resto de nuestras vidas.
En algún momento llegaras a tu destino, pero mientras recorres el camino, atesora momentos y disfruta de esos pequeños detalles que te dan tanta paz y felicidad. Solo presta atención, percibe y siente, así de fácil. Se feliz mientras llegas a tu destino.
Por último, chequen este video realizado por Víctor Hugo manzanilla autor del blog Liderazgo hoy. Muy bueno. El video se titula “Flores" para sellar la reflexión.
Te invito a seguir a LA PARADOJA en tu buzón de correo electrónico, solo haz click aquí , es gratis. Después confirma tu solicitud en un correo que recibirás, y listo!