Los problemas del tabaco comienzan en la boca

Por Blogdefarmacia.com

El tabaquismo no sólo se asocia a cáncer de pulmón, sino que cada día hay más evidencia científica consolidada sobre cómo los cigarrillos sumados a una mala higiene bucal pueden estar vinculados al desarrollo de otros problemas importantes, como un mayor número de caries, dificultades en el tratamiento de implantes, cáncer oral y orofaríngeo y periodontitis.

Y es que la boca es uno de los lugares donde más se hacen sentir los efectos del tabaco. Sin ir más lejos, científicos de la Universidad de Colorado (Estados Unidos) sugieren a través de un estudio, publicado en el último número deOtolaryngologic Clinics of North America, que entre los fumadores se observa una mayor cantidad de lesiones en las raíces de los dientes, ya que el hábito provoca la pérdida de su soporte y expone la raíz, que es el área del diente con un riesgo de caries más elevado.

Asimismo, “fumar disminuye la salivación, que es una protección que genera el propio cuerpo y su déficit provoca que la superficie dental esté más expuesta”, indica Elías Casals, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología y Salud Pública Oral (Sespo) y ponente en un encuentro sobre salud bucal patrocinado por Oral-B la semana pasada en Madrid.

Dicha asociación no sólo perjudica a los adultos, sino que ser hijo de fumadores también se asocia a una mayor prevalencia de caries dental en niños de corta edad, tal y como se publicaba en 2009 en Journal of Pediatrics.

FALLOS DE OSTEOINTEGRACIÓN
Otro problema dental derivado del tabaco es la tasa de fracaso de los implantes. El hábito está relacionado con una mayor pérdida del soporte óseo de este producto sanitario, especialmente en el maxilar superior, influyendo en su pérdida total. Se estima que el riesgo de fracaso en un paciente no fumador es de un 2 por ciento. “Si es gran fumador (más de 20 cigarrillos al día) el riesgo se eleva hasta 3 ó 4 veces más”, alerta Manuel Alfonso Villa, presidente del Consejo de Odontólogos. En concreto, se produce un riesgo en la osteointegración tras ser colocado, lo cual requiere la retirada del mismo. De hecho, matiza Antonio Bascones, catedrático de la facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid, “para utilizarlos hay que abandonar el tabaco previamente”.

Aunque en menor medida, el gran consumo de esta droga se vincula a pigmentaciones con melanina, especialmente en las mejillas y en la encía adherida. Es un cambio asintomático y reversible, aunque se tarda más de un año en recuperar el color después de dejarlo.

También es frecuente que el fumador desarrolle un paladar duro, pálido o blanco, a menudo combinado con múltiples puntos rojos. Esto es debido a la isquemia circulatoria; es decir, constricción de los vasos sanguíneos que propicia menor flujo de sangre y puede desaparecer al dejarlo. De lo contrario, “podría provocar lesiones precancerosas y el asiento de un carcinoma”, alerta Casals.

CÁNCER
La relación con el cáncer es una de las más estudiadas en torno al tabaco. El de la cavidad oral u orofaríngeo es el segundo más frecuente relacionado con la droga, después del de pulmón. En concreto, la incidencia del tumor oral en España es de 5,7 a 12,9 casos por cada cien mil hombres al año y de 0,6 a 2,1 casos en el caso de las féminas. Los especialistas coinciden en señalar que una higiene oral deficiente es un factor de riesgo para desarrollar esta patología, y los pacientes que no se cepillan nunca añaden el peligro de sufrir cáncer de esófago. Precisamente, un estudio publicado en el último número de Gerodontology y realizado por el Instituto Karolinska, de Estocolmo (Suecia), apoya la hipótesis de que la enfermedad oral aumenta el riesgo de adenocarcinoma de esófago, después de analizar a más de 37.000 sujetos.

La lesión más común provocada por el carcinógeno es la leucoplasia, una mancha de color blanco que aparece en la lengua o en las mucosas de la boca”, explica Casals. El principal peligro que entraña es que se acabe convirtiendo en un tumor, dado que suele ser asintomático. “No provoca molestias ni dolores. Es un signo de alarma que suele pasar inadvertido”, sostiene Casals.

RELACIÓN CON EL ALCOHOL
Combinar tabaco y alcohol es un cóctel explosivo para el desarrollo del cáncer oral. Si los fumadores que no consumen esta bebida presentan un riesgo entre 2 y 4 veces mayor de desarrollar el tumor que las personas sanas, los que sí lo hacen multiplican por 38 la posibilidad de desarrollar un cáncer, según datos publicados en el último número de Oral Medicine and Pathology.

En último lugar, los especialistas apuntan la periodontitis como riesgo directo asociado al tabaquismo. Habitualmente presentan una encía con un tono más pálido. A mayor número de cigarrillos consumidos al día, el sujeto tendrá más dientes con pérdida de soporte óseo. Es más, advierte José María Tejerina, de la Universidad de Oviedo, “los fumadores tienen 3 veces mas riesgo de enfermedad periodontal avanzada”.

Pese a que las evidencias son claras sobre los efectos nocivos del tabaco, el continúo número de adeptos a esta sustancia revela que la población continúa sin querer ser consciente de sus daños. Villa recuerda que el fumador tiene una tasa de riesgo de patologías muy graves, pero “cuantitativamente este hábito es más nocivo en la boca”.

¿Cabría hacer alguna recomendación específica para este colectivo? Los expertos coinciden en que la mejor sería el abandono del hábito. Sin embargo, y conscientes de que no es una tarea fácil, aconsejan como mínimo un cepillado que dure entre 2 y 3 minutos, que alcance todas las superficies dentales y se haga un movimiento en vertical; es decir, desde la encía hasta el borde. Además hay que usar seda dental.