Los propósitos no son objetivos

Por Elgachupas

Llega el final de otro año y nos dejamos llevar por la alegría, la ilusión y las buenas intenciones. Un año más volvemos a hacernos propósitos para el año que entra. Nos decimos: “Este año voy a perder los kilos que me sobran”, o “En enero empezaré a ahorrar”, o “Ya es hora de organizarme para trabajar menos y pasar más tiempo con mi familia”. Pero espera, espera… ¿acaso no fueros esos los mismos propósitos que nos hicimos el año pasado? Algo está fallando aquí…

Y es que, efectivamente, año tras año seguimos haciéndonos los mismos propósitos. Y la razón es abrumadora e increíblemente simple: nunca convertimos los propósitos en objetivos, y me refiero a verdaderos objetivos. Los propósitos son los eternos “algún día/quizá” de nuestra lista de tareas. Siempre se quedan en eso, en buenas intenciones, en ganas de hacer… pero nunca pasan al siguiente nivel, el nivel en que las intenciones comienzas a convertirse en realidades.

Para que un propósito se convierta en un objetivo de verdad, lo primero que tiene que haber es compromiso. Si nosotros mismos no nos comprometemos –y no me refiero solo a decirlo en voz alta–, difícilmente llegará a ser más que un simple deseo de fin de año. Y no hay mejor forma de comprometerse con un objetivo que escribiéndolo y haciéndolo público entre las personas que nos importan. La presión social positiva –saber que los demás esperan algo de nosotros– obra maravillas.

Pero no es suficiente con escribirlo. Hay que escribirlo de la forma adecuada. No es lo mismo decir “quiero perder los kilos que me sobran”, que “voy a perder 3 kilos cada mes hasta llegar a los 64, para lo cual pienso eliminar los refrescos y las grasas de mi dieta, y asistir a un gimnasio 3 veces por semana”. El segundo es un objetivo mucho más claro, medible, alcanzable, significativo y limitado en el tiempo, algo que resulta de suma importancia si queremos medir nuestro avance y permanecer motivados a lo largo del tiempo.

Y por supuesto, no olvides asegurarte de que tus objetivos estén relacionados con tu idea del éxito, o nunca conseguirás verdadera motivación. No te dejes llevar por modas o las ideas de los demás. Busca en tu interior y proponte alcanzar metas que signifiquen algo para ti. De otro modo abandonarás el intento rápidamente.

Así que ya lo sabes: este fin de año no te hagas propósitos. Escribe tus objetivos de forma que sean atractivos, medibles y motivadores, y empieza a trabajar en ellos desde ya –no tienes por qué esperar al primer minuto del 1 de enero ;-) Es la única forma de tener un Feliz, Próspero y Muy Productivo Año Nuevo, y no volver a repetir propósitos el próximo 31 de diciembre :-D

Yo ya tengo mi lista de 12 objetivos…

Y tú, ¿ya has escrito tus objetivos para el próximo año? Compártelo con nosotros en un comentario.

Artículo original escrito por Jero Sánchez. Sígueme en Twitter.

Foto por lululemon athletica (via Flickr)