Los recortes en Cataluña están abriendo la vía a una sanidad a dos velocidades, en la que un mismo hospital y médico operan antes a quien está dispuesto a pagar para saltarse la lista de espera. El último caso ha sido el del hospital de La Seu d’Urgell (Lleida), que desde el lunes ofrece sus quirófanos, cerrados por la tarde por los recortes, al sector privado. Teresa Tosas, de 66 años y pendiente de una intervención en la rodilla, evitó siete meses de espera gracias a su seguro privado, que ha alcanzado un acuerdo con el centro.
Este caso puede generalizarse pronto en Cataluña, donde solo ocho de los cerca de 70 hospitales que actúan como públicos son directamente gestionados por la Generalitat. El resto son financiados con dinero público, pero gestionados por otras Administraciones —locales, comarcales...— o entidades privadas sin afán de lucro, como la Iglesia. El de La Seu d’Urgell es del Ayuntamiento y el obispado. La dureza de los recortes ha hecho que muchos de estos centros tengan ahora instalaciones infrautilizadas que su autonomía de gestión les permite poner en el mercado en busca de ingresos. “La Generalitat contrata menos servicios, pero los hospitales necesitan mantener sus ingresos”, detalla Juan Cobacho, responsable de sanidad de UGT.
-“Se está creando un sistema que solo será rápido para el que pague”, dice el PSC
“Está empezando a configurarse un sistema donde solo el que pueda pagar tendrá una sanidad rápida y eficaz”, alerta el responsable de sanidad del PSC en el Parlamento, Josep Maria Sabaté. Hasta la llegada de los recortes, algunos de estos hospitales tenían acuerdos puntuales con algunas mutuas o seguros privados. Pero para los pacientes de la sanidad pública existía la garantía de ser operados antes de seis meses, límite que ha eliminado el Gobierno de Artur Mas (CiU). Con el aumento de las listas de espera causado por los recortes (un 23% en el primer semestre de 2011, último del que se han hecho públicos los datos), la opción de pagar para saltarse la lista de espera resulta ya interesante para muchos.
“Lo que es nuevo es que la combinación entre recortes y la independencia de gestión de los centros está creando dos listas de espera”, afirma Sabaté.
-La reforma para convertir en empresas los ocho hospitales de la Generalitat amenaza con ahondar la brecha
El hospital de La Seu d’Urgell dejó de programar en verano intervenciones quirúrgicas por las tardes y ahora ha empezado a alquilar esos quirófanos a unos 400 euros la hora. Este lunes se realizaron las primeras operaciones, entre ellas la de Teresa Tosas. Al igual que el hospital, el traumatólogo que la operó trabaja para la sanidad pública a través de este hospital y además tiene consulta privada. “El médico dijo que tendría que esperar siete meses o más”, relata la mujer. “Pero que existía la posibilidad de un acuerdo con el hospital para utilizar sus quirófanos para que me operara antes de un mes”.
“Es una perversión del sistema: el paciente acude al mismo centro y le trata el mismo médico que con la sanidad pública, pero además tiene que pagar”, lamenta Cobacho. “Hasta ahora la Generalitat tutelaba que no existiera una diferencia de trato entre la sanidad pública y la privada en los hospitales concertados”, asegura Sabaté. “El trato era similar. Ahora aquellos que contraten una mutua saben que se les opera antes. En muchos hospitales cuando ingresa el paciente ya le preguntan si tiene mutua”, destaca.
La reforma que prepara la Generalitat para convertir en empresas los ocho hospitales que gestiona amenaza con ahondar la brecha. CiU pretende que estos centros presten servicios a la sanidad privada para garantizar la rentabilidad de los centros. “Uno llegará a un mismo hospital y verá dos puertas”, advierte Cobacho. “Solo avanzará deprisa la de los que pagan de más. Y al paciente le preguntarán: ¿Qué puerta quiere?”.
**publicado en "EL PAIS"