Los riesgos ambientales que sufrimos antes de nacer

Por Miguel @MiguelJaraBlog

Sensible, inteligente, culto, médico. El Dr. Diego Jacques Grauwet es doctor en Medicina por la Universidad de Lovaina. Especialista en Ginecología y Obstetricia, está formado en homeopatía, homeopatía prenatal, micro-inmunoterapia (micro-inmunología) y nutrición. Ha sido profesor de Obstetricia en el Instituto Superior de Nursing de la Universidad Católica de Lovaina. A finales de junio participará en Madrid en el V Congreso Internacional de Medicina Ambiental con una ponencia titulada Fertilidad y tóxicos ambientales. Me he interesado por su visión de uno de los aspectos menos conocidos de la salud, la medicina, la salud ambiental en definitiva; cómo nos afecta el enorme grado de contaminación en el que vivimos ya incluso antes de nacer:

“Los riesgos ambientales para el feto son los mismos que para el adulto aunque peores para él. En efecto sus órganos estando en pleno desarrollo, el bebé es mucho más sensible y su comportamiento genético cargará con las consecuencias. La epi-genética (Bruce Lipton) nos enseña que cualquier información, incluso mental, que reciba la célula a través de los receptores de su membrana influye sin equivocación al comportamiento del genoma”.

La variedad de factores ambientales es muy amplia. Desde el factor electro-magnético, las ondas radiantes y radioactividad hasta la molécula química. Conocemos los efectos desastrosos de la Talidomida con el drama ocurrido en los bebés que nacieron con deformaciones de sus miembros. Ahora es tiempo de llamar la atención de las madres y padres. Existen numerosas sustancias que tienen una toxicidad confirmada en el mundo animal y vegetal. Y no se trata de asustar a los padres ni tampoco volverse paranoicos:

“Últimamente podemos leer artículos científicos alarmantes describiendo los efectos de los derivados fenoles, los bifenoles A en el desarrollo genital de los peces machos. Y nosotros humanos consumimos también bifenoles A. Vivimos en el reino del plástico“.

También estamos rodeados de producción de formaldehido y no olvidemos los metales pesados. Conocemos el mercurio y su particular efecto en el sistema nervioso central. No sólo son las amalgamas dentales también se encuentra en las sales mercuriales como sustancias anti-fúngicas y antibacterianas en las vacunas por ejemplo. Pero también tenemos que hablar del cadmio de las pinturas y del humo de tabaco que produce entre otras patologías retraso de crecimiento fetal intrauterino (CIR) y neuropatías, del plomo (gasoil, pinturas…) que produce anemia, nefrotoxicidad y encefalopatía y del arsénico (insecticidas, funguicidas y conservantes de madera…) que puede provocar anemia aplástica con posible transformación en leucemia, y que es tóxico para los riñones. Y las sales de aluminio que existen en las vacunas, en los spray y desodorantes:

“Insisto no quiero asustar ni volverme paranoico pero como profesional de la salud y ginecólogo, me pregunto si nosotros los médicos tomamos conciencia de lo sensible y maravilloso que es la construcción de un ser viviente, el ser humano. En mi práctica, desde hace una década veo recién nacidos con hipospadias (el meato uretral desplazado de su sitio normal), criptorquidia (testículos no descendidos), dilatación de la pelvis renal , incluso cardiopatías graves. Madres me cuentan que salen los dientes de sus hijos con caries y deformados (y lo he podido constatar). El científico catedrático el Dr. Nicolás Olea, de la Universidad de Granada, analizó 150 placentas en el sur de España donde la concentración de invernaderos es importante. ¡Encontró ocho tipos de pesticidas! El más frecuente era el p-p-DDE, metabolito del DDT, organoclorado prohibido. Como lo subraya el Dr. Olea, los organoclorados están asociados a malformaciones y trastornos genitales como la hipospadias y la criptorquidia. También podemos citar los piretroides utilizados como insecticidas que afectan tanto el cerebro como la capacidad reproductiva humana. Como sabemos la revista The Lancet publicó que la exposición fetal a productos químicos causa daños en el desarrollo del cerebro y daños neurológicos permanentes y retraso mental“.

Sabemos que el feto tiene sus sentidos abiertos totalmente y que su vida in útero y su nacimiento le van a condicionar su comportamiento en la vida:

“Lo que me alarma, es ver como médicos de familia y ginecólogos no prestan la mínima atención al factor ambiental ni a lo que recetan a las gestantes y muchos medicamentos no sólo son sintéticos y químicos, sino que pueden interferir en los tan sensibles procesos de formación y maduración de los órganos. Ahora me pregunto, si nosotros ginecólogos al recetar tóxicos durante el embarazo sabemos cual va ser la repercusión en el feto. Es la razón por la cual me dedico a la Homeopatía Prenatal desde hace 26 años”.

Yo no me pierdo la intervención de este médico en el Congreso que les cité con anterioridad.

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