Capítulo IV
Adivinanza: ¿Qué es esa cosa que no percibo cuando está y que sólo siento cuando la pierdo?
Los más mayores recordarán de la E.G.B. que el oído interno tenía dos partes: el caracol y el laberinto; y que se encargaba de dos importantes funciones: de la audición y del equilibrio.
La audición es fácil de comprender, o se escucha o no se escucha. La audición es una percepción consciente. Pero, ¿qué es el equilibrio? El equilibrio es la solución a nuestra adivinanza. Nadie tiene muy claro qué es el equilibrio, pero todo el mundo sabe qué ocurre cuando éste se pierde: caídas, mareos y ganas de vomitar.
Si hoy estamos recordando nuestra niñez, volvamos al castillo hinchable de la feria. ¿Todo el mundo recuerda lo difícil que era mantener el equilibrio allí encima y lo fácil que era caerse? ¿Qué tenía ese castillo hinchable que perjudicaba al oído?
El castillo hinchable no perjudica el sentido del equilibrio del oído, pero nos hace perder el equilibrio. Esto en principio puede parecer extraño, pero no lo es. En la E.G.B. nos mintieron. Que el equilibrio depende del oído interno es una verdad a medias. El equilibrio depende del oído interno, de la vista y del tacto.
Para no caernos, necesitamos que al menos dos de estos tres sentidos funcionen bien. En el castillo hinchable, nos falla una parte del tacto llamada propiocepción, que nos informa de la posición de nuestro cuerpo. En el momento en el que se mueve la cabeza en el castillo o en el que cerramos los ojos y alteramos la información del oído y de la vista respectivamente, falla un segundo sentido y sobreviene la caída. Menos mal que es una caída sobre el suelo del castillo, que está blandito.
Los pacientes que presentan enfermedades de la vista, del oído interno o del tacto propioceptivo pueden experimentar alteraciones del estado del equilibrio. Es fundamental detectar cuál de los tres sentidos es el que falla para orientar el tratamiento. Pero, ¿cómo saber que el que da problemas es el oído y no cualquiera de los otros dos? ¿Cómo descartar que no hay enfermedades circulatorias, endocrinas o psiquiátricas de base?
Con esta otra adivinanza me despido, pero prometo responderla en próximas ediciones.
Foto: El caracol (a la derecha) y el laberinto (a la izquierda).