Los sentimientos son universales

Por La_penultima
Publicado el abril 25, 2016 por La Penúltima

Mundo interior

Una de las cosas más sorprendentes con las que me he encontrado a lo largo del camino de la recuperación ha sido la de “salir del armario”. Explicar mis enfermedades a otras personas siempre es una experiencia positiva y alentadora. Su muestra de ánimos y empatía es justo lo contrario de lo que yo pensaba.

Y es que, los sentimientos son universales. Sean positivos o no deseados, sean por unas circunstancias u otras, los sentimientos de las personas son los mismos. Lo único que cambia son los modos en que los sentimos y cómo los transmitimos a los demás.

“Salir del armario” ha sido una experiencia positiva. Siempre que he sentido la necesidad, o compromiso, de contar mi enfermedad lo he hecho desde el respeto que le tengo. Pues me pertenece, es parte de mí, la trato con cariño y, así lo expreso. No me entretengo en sus síntomas, pues casi siempre, son poco comprendidos por aquellos que no los padecen, o por quienes no los han sufrido. Sin embargo, puedo explicarlos desde mis sentimientos: desde ahí, sí puede entenderlo cualquier otra persona que haya, o no, pasado por las mismas circunstancias.
Lo cierto es que, según voy avanzando en el camino de la recuperación, o de la vida (pues no son distintos), veo que todas las personas nos encontramos esas circunstancias cambiantes que nos trae la vida y con las que no contábamos. Muchas veces, las personas sencillamente las dejamos en un cajón: al olvido. Pero otras veces, esas circunstancias se presentan y no podemos dejarlas pasar, y generan sentimientos buenos, otros no tanto, y algunos malos. Acceder a esos sentimientos a los que todas las personas estamos conectadas; donde todas las personas nos encontramos y, donde todas estamos enlazadas por unos sentimientos u otros es un buen lugar para acercar los nuestros al transmitir nuestras vivencias a la hora de “salir del armario”.

Si quiero explicarles por el periplo de vida (recuperación) que he pasado, les explico el dolor de la incomprensión, cuando tienes una enfermedad mental, y la falta de empatía de la gente por el desconocimiento. La frustración de hacer algo que no deseaba y no poderlo explicar a nadie. El extraordinario esfuerzo por encontrar un camino sensato. La soledad de estar viviendo y conviviendo entre personas que constantemente hacen sentirte inválido, inferior. Inservible. La fuerza por no desfallecer a la sin razón de vivir entre lo que, supuestamente, se dice que ha de ser la familia, los amigos, la pareja, la sociedad y, lo que te están transmitiendo, justo lo contrario. Lo que a mí me ha tocado vivir y convivir con ellos.

Esos dolores o sentimientos desagradables, igual que los positivos, son universales para todos los humanos. Son un sistema de comunicación empático al que todos tenemos el mismo acceso. Y siempre que trato de acercar mis enfermedades a los demás lo hago desde aquí, desde los sentimientos: accesible.

Alex Martín