A lo largo de la vida, el ser humano ha utilizado la palabra oral y escrita para comunicarse consigo mismo, con su semejante y con lo divino. Incluso la Palabra es tan importante que la historia se separa de la prehistoria a partir de la escritura.
La Palabra se ha convertido en la sede de la comunicación, sin embargo, en la actualidad se ha dejado de percibir y de comprender que la Palabra tiene sentido y significado sólo si está acompañada de la Escucha y del Silencio, sin ellos, la Palabra no tiene principio ni fin.
Actualmente, los medios de comunicación y la velocidad de la tecnología nos invaden de palabras, discursos, opiniones, comentarios, frases, etc., pero, ¿qué tanto cada uno de estos conceptos lleva la Escucha y el Silencio?
Estos elementos de la Palabra se han perdido provocando dogmatismos y discusiones que no llevan a ningún lado. En la antigüedad se decía, que el ser humano fue creado con dos ojos, dos oídos, dos brazos, dos piernas, dos orificios nasales, pero con sólo una boca, porque la fuerza que conlleva pronunciar una Palabra crea y destruye, da vida y al mismo tiempo mata, por esta razón hablar o escribir lleva en sí misma la responsabilidad primigenia del libre albedrío, no de la libertad, porque son conceptos diferentes.
La mística enseña que el ser humano fue creado de cinco alientos, siendo tres los principales, Nefesh, Ruaj y Neshama.
- Nefesh, es el aliento que da vida a la materia, se relaciona con el Hacer, con la acción del mundo y se desarrolla a través del instinto, es el aliento corporal.
- Ruaj, tiene su sentido en el alma, forma, otorga formación y se desarrolla a través de la emoción.
- Neshama, es el aliento del pensamiento, de lo que crea, de lo creado y de lo que conecta con la creación.
Cada uno de estos alientos se entrelaza con la triada de la comunicación (Palabra, Escucha, Silencio), que se vislumbra en los Libros Sagrados y la cual demarca la enseñanza de como el ser humano debe comunicarse consigo mismo, con su semejante y con D/os.
Al estudiar los Libros Sagrados se comprende que la comunicación de D/os con el ser humano se da a través de la Palabra, la Escucha y el Silencio, por ello, primero leemos que D/os crea con la Palabra, después encontramos el Shema, es decir, D/os le pide al Hombre Escuchar esa Palabra con todo su entendimiento y comprensión, teniendo como base y fin el Silencio de D/os. Esta dinámica, por decirlo así, se desarrolla en todos los Libros Sagrados (Vedas, Tora, Tanaj, (Talmud) Nuevo Testamento, Corán).
En cada una de las páginas e historias, percibimos que cuando el ser humano realiza un acto en contra de la voluntad divina, D/os al darse cuenta, no lo juzga o critica, se acerca, le habla a través de una pregunta, -porque es a través del cuestionamiento donde se ejerce la Escucha y el Silencio-, lo cuestiona, interroga, guarda Silencio, permitiendo que el Hombre con la pregunta ejerza su libre albedrío, entre en sí mismo, se pregunte, reflexione, guarde silencio, se escuche y responda. Este ejercicio, por llamarlo así es lo que da a la Humanidad su libertad de conciencia, donde D/os le ofrece la libertad de responsabilizarse de sus actos a través de la Verdad o de negar su responsabilidad por medio de la justificación y/o la mentira.
Este acto de preguntar de D/os a lo largo de los Libros Sagrados es una enseñanza ética para el ser humano, no sólo porque muestra el proceso para que la Palabra tome significado, sino porque enseña que si D/os Escucha y guarda Silencio ante los actos del ser humano sin juzgarlo, con mayor razón la Humanidad debe hacerlo con su semejante.
Esta evolución la debe desarrollar el ser humano para otorgar paz y serenidad a su semejante, porque a través de este proceso la persona se responde así misma, se le ayuda a entrar en su interior, a preguntarse, se siente escuchada y contemplada por medio del Silencio, por eso se entiende que la Palabra Crea. Pero aunado a estos tres principios fundamentales, se encuentran siete lenguajes relacionados con los días de la semana, con los colores del arcoíris, con los siete cielos, con los siete chacras, las siete moradas; estos siete lenguajes se desarrollan a lo largo de cada día en el interior.
Cada uno se recrea y responde, por ello, la realidad nunca es similar, aunque se viva la misma experiencia, porque dependerá del lenguaje con el cual se percibió y se está respondiendo.
Pero antes de explicar cada lenguaje se mencionarán algunos puntos importantes del número siete en la historia de la simbología dentro de la mística.
- Es el número de días en los que se divide el tiempo a través de cada cuarto de la Luna y de sus fases.
- Es el número que da como resultado la suma del tres (número divino que une la dualidad con la unidad), con el número 4 (símbolo de los cuatro elementos, de los cuatro puntos de la tierra).
- Es la suma del centro de la tierra con los seis puntos del universo. (en la antigüedad se creía que eran siete los pueblos que gobernaban el mundo, por ello se habla de las siete puertas de Tebas, las siete esferas celestes, las siete bestias del apocalipsis, las siete estrellas, los siete sellos, las siete trompetas, las siete velas, los siete años que duró la construcción del templo de Salomón, los siete escalones de su trono, las siete vueltas alrededor de la Kaaba, los siete cielos, los siete infiernos en el islam.
- Las siete moradas de santa Teresa.
- En el yoga existen siete centros, siete chacras.
- En el budismo y el judaísmo son siete los días que el alma tarda en trasladarse de la vida a la muerte.
- Los siete pecados capitales, antivalores de los siete lenguajes.
Estos son algunos puntos que dan sentido y fortalecen el significado de los siete lenguajes del ser humano. Siendo estos:
- Corporal
- Emocional-sentimental
- Instintivo
- Sensorial
- Racional-intelectual
- Sexual
- Espiritual
A través de ellos, el ser humano se experimenta, se conoce, se vive, y se sana, como se explica en la medicina antigua, especialmente a través de los estudios de Abu Ali al Husayn ibn´Abd Allah ibn Sina, en donde está escrito, cuando el espíritu del Hombre está sano el cuerpo también, porque implica que todos los lenguajes están en su pureza. El espíritu está limpio cuando los otros seis están en plenitud y conectados consigo mismos. Otro ejemplo de esta sabiduría se encuentra en la India a través del Yoga, el cual tiene como fundamento unir estos lenguajes a través de la serenidad y la templanza con Krsna, el Yoga no es un ejercicio, es una forma de vida para conectar los siete lenguajes con la divinidad, como se menciona en cada uno de los capítulos del Bhagavad gita. También se encuentran las siete moradas descritas por Santa Teresa de Ávila, cada una son una analogía de los siete lenguajes, los cuales deben conocerse y sanarse teniendo como punto de desarrollo el proceso de creación.
D/os crea a partir del caos y de la confusión, esto puede interpretarse como el momento de vacío en el cual se encuentra una persona cuando se siente fuera de sí misma. Entonces D/ os separa la oscuridad de la luz, es decir, aparta a la materia del espíritu, día 1. El Segundo Día aparta el agua corporal del agua espiritual, porque existen dos clases de agua la del cielo que recrea y la de la materia que ahoga, como se muestra en la narración del Diluvio, ambas se mezclan, mas no se juntan, esta agua representa al segundo lenguaje, lo emocional-sentimental que puede limpiar y hacer crecer al Hombre, pero también lo lleva a hundirse. En el Tercer Día, la tierra se llena de vegetación, de árboles, se producen los frutos, se crea el alimento, relacionado con el lenguaje instintivo. En el Cuarto Día, se crean las luminarias, el sol, la luna, las estrellas, hay anochecer y amanecer, relacionado con el lenguaje sensorial. El Quinto Día, se crean los animales del mar y del aire relacionados con el intelecto, con la razón. El Sexto Día se crean los animales terrestres y el ser humano, está relacionado con el lenguaje de la sexualidad, este día es creado el Hombre y simboliza el poder sobre los otros días/lenguajes, sobre lo creado, para que esta sea su fuerza, su encuentro, su procreación, su descendencia. El Séptimo Día, D/os lo santifica, lo consagra para que el ser humano analice sus lenguajes/días/creaciones anteriores, por ello se relaciona con la espiritualidad.
Paralelamente a esta creación se encuentra el arcoíris, símbolo de la Alianza, del Pacto entre D/os y el ser humano. Ante la nueva creación después del diluvio, el arcoíris es el signo dado por D/os a la Humanidad para recordar su promesa de no volver a dañar a su creación. El arcoíris tiene siete colores que representan la alianza que D/os hace con cada uno de los días del ser humano, es decir, con cada uno de sus lenguajes, D/os realiza una alianza a través de la Palabra, la Escucha y el Silencio con el ser humano de sanar sus lenguajes al unir el Cielo con la Tierra, la materia con el espíritu, lo corporal-primer lenguaje con el séptimo-la espiritualidad. Pero esto no significa solo un trabajo de D/os, el ser humano tiene la responsabilidad de sanar, de unir, de Escuchar su Palabra y su Silencio, de unir el cuerpo con el espíritu de manera semejante a como el arcoíris une a la Tierra con el Cielo, de manera gradual, día con día, porque cada día trabajará en dialogar, (hablar, escuchar, guardar silencio) con sus lenguajes de manera ascendente y descendente.
Esta sabiduría se muestra en el budismo cuando Buda camina hacia abajo del monte Merú por medio de una escala de siete colores, en las enseñanzas de Mitra al hablar de siete peldaños relacionados siete metales. En el Antiguo Testamento se relaciona con los escalones por donde ascienden los ángeles del sueño de Jacob, los siete pisos del arca de Noaj, y los escalones del trono de Salomón, cada uno de estos siete símbolos están relacionados con los estados de perfección espiritual y con los lenguajes, que tiempo después tomará santa Teresa para desarrollar sus moradas.
El arcoíris tiene siete colores relacionados con un chakra, con un lenguaje, y con uno de los llamados "pecados capitales", pecados, porque hacen que el ser humano no llegue a la comunicación completa consigo mismo dañando sus lenguajes y sus puntos corporales, quedando de la siguiente manera:
Es importante resaltar que la voz pecado se relaciona con todo lo que no deja o permite llegar a la perfección, a la comunicación plena de la persona consigo mismo, con el semejante y por ende con la divinidad y con la Creación. Cuando uno de estos pecados, -llamados capitales porque a partir de ellos surgen otros menores-, se ejercen en los lenguajes, el ser humano decae hasta que el cuerpo enferma, por ello, en la antigüedad de oriente, como ya se mencionó, se sanaba cada lenguaje empezando con la espiritualidad para sanar el cuerpo.
La mística enseña que todo está relacionado, no existe un milímetro en el universo que no tenga un mensaje, todo está entrelazado, todo contesta a los interrogantes humanos, por ello, al leer los Libros Sagrados se nos dice que D/os ha enviado, profetas y mensajeros que no han sido escuchados, pero no sólo se hace referencia a los seres humanos, sino que las tempestades, el amanecer, el canto de las aves, el aullar del lobo, la mirada de los gatos, el vuelo de los pájaros, la tenebrosidad del crepúsculo, la erupción de los volcanes, la mirada de la persona que se encuentra a nuestro lado, la sonrisa y el llanto del niño, todo ello, es un enviado, un mensajero, un profeta de D/os, que habla a través de la diversidad de maneras en las cuales se muestra la Palabra, para ser Escuchada al guardar Silencio, porque El Silencio en particular es el lenguaje directo de D/os.
Todo en cada uno de nosotros, en la Creación, en los seres vivos tiene un mensaje, una respuesta, una pregunta. Cada día es una vida nueva dentro de la existencia, en donde la realidad se manifiesta de maneras diversas dependiendo el lenguaje a través del cual se escuche, se lea, se hable.
La realidad se experimenta de manera diferente porque depende en que escalón, en que morada, en que cielo, se encuentre cada persona, por ello, una misma circunstancia es descrita diferente, aunque se haya vivido al mismo tiempo, por esta razón, no se puede hablar de una verdad absoluta, esto nos enseña que nadie tiene ni debe tener la razón porque eso cierra el crecimiento, el pensamiento y la evolución del ser humano.
Entender que un momento de vida es experimentado desde un lenguaje diferente al del otro, implica comprender que cada persona experimenta ese instante desde su momento de aprendizaje existencial, y que si sabe entender esto a través de Escuchar desde el Silencio y la Palabra obtendrá poco a poco Sabiduría.
Entender, conocer y reconocer cada uno de estos lenguajes nos llevará a fortalecer nuestras relaciones, a aceptar a nuestros semejantes y a buscar acuerdos donde los lenguajes dialoguen, se escuchen y se fortalezcan sanando principalmente nuestro cuerpo.
Somos y nos vamos convirtiendo en lo que decimos, pensamos, sentimos, creemos, por ello, es fundamental conocer nuestros lenguajes a través de los tres alientos mencionados, somos individuos que nos vamos convirtiendo en personas para llegar a ser Seres humanos, somos la morada de lo divino y lo divino es nuestra morada.
Somos microcosmos del macrocosmos, llevamos en nosotros parte de la creación porque nuestros lenguajes corresponden simbólicamente a un día de la creación, somos humanos y divinos y lo develamos a través de nuestro comportamiento.
Por ello, la meta del ser humano es la Paz, estar en paz, vivir en paz, morir en paz, porque la Paz representa y significa integridad. Yo tengo Paz cuando la integridad del otro está completa, cuando sus lenguajes están encaminados a encontrarse, a pronunciarse, a escucharse por medio de la Palabra, los actos y el Silencio.
Para la mística existe una sola existencia y vidas cuantos amaneceres podamos contemplar, y aunado a esto existen tres alientos, Nefesh, Rauj y Neshama, relacionados con la Palabra, la Escucha y el Silencio, presentes en el ser humano para que cada día se experimente y conozca a través de cada uno de los Siete Lenguajes, entendiendo que cada día es un escalón hacia la Eternidad.
Cada día/ lenguaje que se escucha y vive siembra en el corazón un poco de sabiduría, cada día el ser humano aprende algo nuevo, es más sabio aunque no se de cuenta, cada día lo lleva al séptimo, donde descansa no en el sentido de no hacer nada, sino porque el Séptimo Día es el símbolo de la Espiritualidad, es cuando al dedicarse un tiempo para hablar con D/os se habla a sí mismo, entreteje todos sus Siete lenguajes, uniendo el pasado, el presente y el futuro. El Séptimo día es cuando el Hombre deja de ser individuo, persona y se revela Ser humano, porque al unir sus lenguajes, al escucharse, al orar, experimenta instantes, centímetros de Eternidad. Por eso, al Séptimo Día se le llama el Día del Señor, el día dedicado a D/os, porque la materia, el lenguaje corporal se encuentra con su lenguaje espiritual a través de sumergirse en los otros cinco, experimentando la energía con la cual fue creado, para volver a empezar a través de Escuchar su/la Palabra en Silencio...