La evolución de la pandemia en todo el mundo a permitido a los médicos evaluar la sintomatología en su contexto y como esta determina la evolución, el pronóstico y la mortalidad de cada paciente.
Es así que tenemos que los pacientes con alto riesgo de mortalidad son aquellos que presentan fiebre, tos y disnea. El perfil más frecuente es el de un paciente masculino generalmente adulto mayor con alta prevalencia de comorbilidades o patologías previas. Uno de cada 10 pacientes de este grupo normalmente es ingresado a UCI y de ellos, una cuarta parte fallecen.
Luego tenemos los de riesgo medio alto de mortalidad, los cuales suelen presentar diarrea, vómitos y dolor abdominal, acompañado de fiebre, tos y/o disnea. El 8,5 % de estos hospitalizados pasan a la UCI, y allí fallecen el 18,6 %.
Siguen los pacientes con riesgo medio bajo de mortalidad que presentan artromialgia, cefalea y odinofagia, acompañado de fiebre, tos y/o disnea. Casi el 11 % de estos pacientes requieren ingreso en UCI.
Por ultimo están los pacientes de bajo riesgo de mortalidad. Los cuales presentan, ageusia, anosmia y a menudo se asocia fiebre, tos y/o disnea. Generalmente no requieren ingreso en UCI y representan la menor tasa de mortalidad.