Los tics los tiene uno, pero los ven los demás. Es un trastorno social.
Los tics son movimientos súbitos, rápidos y repetidos que afectan a los músculos de la cara, cuello y hombros. La propia palabra tic tiene un componente onomatopéyico de rapidez e instantaneidad También pueden afectar otros grupos musculares con movimientos más lentos. Otro tipo de tics son los sonoros: ruidos, carraspeos, ronquidos o risa, asociados o no con tartamudeo. En general representan descargas de tensión aunque no sirven para relajar tensiones.
El síndrome de Gilles de la Tourette es la forma crónica de tics múltiples acompañados de tics fónicos y la profusión de obscenidades sin propósito. Las formas más graves pueden simular crisis convulsivas mayores. Mientras que los tics son bastante comunes presentándose en un 10 por ciento de los escolares, más frecuentemente en niños que en niñas (3:1), el síndrome de La Tourette apenas afecta a un menor de cada 5000, con una relación de género de 1 niña por cada 10 niños.
La asociación de los tics con trastornos del lenguaje como la tartamudez lleva a considerar la proximidad de las áreas neurocerebrales de la expresión y el lenguaje. Las situaciones estresantes, el fracaso o las dificultades escolares, la separación de los padres y otros factores ambientales pueden incrementar la frecuencia e intensidad de los tics, así como una actitud represiva poco tolerante por parte de padres o maestros. Asimismo los fármacos simpaticomiméticos como algunos antitusígenos y anticongestivos respiratorios y los estimulantes como las xantinas pueden también agravar los tics, especialmente en el s. de La Tourette.
Los tics suelen afectar principalmente a los grupos musculares que interviene en la expresión, como si de un lenguaje no verbal se tratara. Así los guiños, arrugar la frente, fruncir las comisuras de la boca, girar el cuello, encogerse de hombros son los más frecuentes. También pueden presentarse movimientos de las extremidades superiores, las manos y los brazos. En niños más mayores y en adultos quizá el tic más común sea el taconeo o movimiento de la rodilla en posición sentada. Otros tics pueden remedar movimientos intencionales con un propósito como rascarse la oreja o la nariz, comunes en niños con alergias respiratorias u otros gestos, manierismos o ademanes de los que deben distinguir por ser estos últimos más lentos.
Los tics suelen hacerse más manifiestos a partir de la edad escolar. Comúnmente duran algunas semanas o meses. Cuando se prolongan más tiempo debe plantearse el diagnóstico de s. de La Tourette, que se define precisamente como la presentación de tics motrices y fónicos de más de un año de duración. Generalmente los tics motrices anteceden a los sonoros y unos y otros siguen un patrón de variaciones en intensidad y localización de grupo muscular.
En el s. de La Tourette se describe también como característica la profusión de obscenidades, “tacos” o otras expresiones escatológicas, proferidas asimismo de forma súbita y sin propósito o intencionalidad.
El manejo de los tics en los niños debe conducir a permitir una adaptación social y escolar y a evitar que se vea menospreciado o aislado por otros niños, así como desactivar la represión o la burla por parte de maestros, familiares u otras personas. La familia debe ser informada de las implicaciones del problema e instruida para adoptar una actitud comprensiva y de soporte al niño. Igualmente se debe informar a los maestros y educadores de la situación y recabar su colaboración. Se debe intentar identificar y reducir todas las situaciones estresantes en el entorno del niño.
X. Allué (Editor)
Dos personajes (catalanes) famosos por sus tics: Jordi Pujol, president de la Generalitat 1980-2003 y el escritor Quim Monzó.