Los trastornos de la respiración están vinculados a las dificultades de comportamiento

Por Pequelia @pequelia

Una investigación llevada a cabo por expertos de la Universidad Yeshiva de Nueva York (Estados Unidos), concluye que los trastornos de la respiración están vinculados a las dificultades de comportamiento, agresividad, hiperactividad, trastornos emocionales, dificultades para las relaciones sociales, etc. El estudio es una de las pruebas concluyentes aportadas sobre cómo la apnea infantil o los ronquidos pueden provocar alteraciones conductuales y socioemocionales en los niños, esta es una de las razones por las que los padres deben prestar una especial atención al sueño infantil para ver si los niños tienen problemas en la respiración durante el sueño, algo que se debería observar desde el primer año de vida.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron los efectos de la apnea, la respiración por la boca y los ronquidos, de un grupo de 11.000 niños participantes en el Estudio Longitudinal Avon de Familias y niños realizado en el Reino Unido durante seis años. Se realizó una encuesta en la que se preguntó a sus padres sobre los trastornos respiratorios mencionados en un rango de edad comprendido entre los 6 meses y los casi 6 años de edad. Posteriormente se realizó otra encuesta cuando los niños tenían entre 4 y 7 años de edad. En ambos casos, se realizaron preguntas relacionadas con el comportamiento, cuyas respuestas se enmarcaban en diferentes escalas que evaluaban los problemas conductuales citados. Los resultados parecen ser concluyentes y no dejan lugar a dudas, los trastornos de la respiración están vinculados a las dificultades de comportamiento.
Los expertos contrastaron las relaciones entre ambos problemas con 15 variables posibles que podían alterar los resultados, si la madre fumó durante las primeras semanas del embarazo, el nivel socioeconómico de la familia, si el bebé nació con bajo peso, etc. Descartadas las variables, se determinó que los niños con trastornos de respiración eran un 40% más propensos a desarrollar diferentes problemas del comportamiento a los siete años de edad, en comparación con los niños que no tenían dificultades de respiración durante el sueño. La verdad es que no es un estudio que nos sorprenda, ya que como sabemos, los niños deben disfrutar de un buen descanso, recordemos que dormir bien mejora el rendimiento intelectual de los niños.

Por otro lado, un estudio desarrollado por el Grupo de Sueño de la Asociación Española de Pediatría (AEP) nos mostraba las consecuencias de no mantener un horario y dormir las horas suficientes que garantizan un buen descanso, peor rendimiento escolar, efectos negativos en la capacidad de memoria, en el aprendizaje, etc. Velar para que los niños duerman bien es muy importante, detectar problemas de la respiración y consultar al especialista podría solucionar en algunos casos las dificultades de comportamiento, mejorando además las capacidades infantiles.

Cuanto más pronto aparecen los trastornos de respiración, más se incrementa el riesgo de tener dificultades en el comportamiento, si además este problema no se soluciona y se mantiene, los problemas conductuales aparecen mucho antes y ya son muy pronunciados a los 30 meses de edad. En el artículo de la razón podemos saber que los investigadores explican que la reducción de los niveles de oxígeno y el incremento de dióxido de carbono consecuencia de una mala respiración, afecta a la corteza pre-frontal cerebral, algo que a su vez deriva en la alteración del equilibrio de diferentes sistemas químicos y celulares.

Por tanto, sabiendo esto, los problemas como las amígdalas o las adenoides agrandadas, causantes de trastornos como la apnea o los ronquidos, deben ser seguidos por los especialistas para solucionarlos cuanto antes y así facilitar un buen descanso y respiración de los niños, algo que se traducirá en un mejor comportamiento.

A través del artículo publicado en el Colegio de Medicina Albert Einstein podréis conocer más detalles sobre este estudio.

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