Cuando se iniciaron los trabajos para dotar a Elda de un Museo del Calzado, estaba convencido de que un día, ese Museo, podría albergar grandes e importantes piezas, de hecho el haber vivido tantos años en una ciudad con el prestigio en la fabricación de zapatos como Elda, era una garantía de éxito para cualquier coleccionista de zapatos o enseres relacionados. En nuestra ciudad se ha fraguado una importante industria, que arranca desde mediados del siglo XIX. Solamente con las aportaciones de los objetos, maquinarias, zapatos o documentos, de una parte de aquellas industrias del pasado, Elda hubiese mostrado un magnífico Museo.En aquellos años de final de la década de los ochenta, nuestras ilusiones no iban más allá de tener, algún día, una amplia colección que nos permitiera mostrar al mundo nuestro pasado como zapateros. Pero con el transcurso del tiempo, las ilusiones y los proyectos se fueron agrandando y, de unos modestos ideales, pasamos a otros más ambiciosos; esos otros, fueron creciendo con los contactos establecidos y con las perspectivas que se iban abriendo. Primero sería nuestra industria y nuestros zapateros, después las industrias y los zapateros del país y más tarde, los objetos relacionados con el calzado a todos los niveles. Visitas a anticuarios y mercadillos, nos proporcionaban nuevos fondos para agrandar nuestro objetivos. También los contactos con otros museos relacionados con el calzado, nos inspiraban nuevas acciones; y es ahí, en una de las visitas a esos otros museos, como empezó esta bonita historia relacionada con los zapatos de San Juan XXIII.La visita a Vigévano En Octubre de 2003, fui invitado a los actos de la fiesta que realiza cada año el Consorzio Nazionale Santi Crispino e Crispiniano, con motivo del día de los Santos Patronos del gremio de zapateros, en Vigévano (Italia). En esos días 25 y 26 de Octubre, se celebraron unos actos muy emotivos y singulares para celebrar la "XXIII Festa del Lavoro", también llamada, "Festa dell´Uomo" (fechas que conmemoran en todo el mundo la festividad de San Crispín y San Crispiniano), consistente en la entrega de unos diplomas a empresarios y trabajadores de la industria del calzado de Italia, algo parecido a lo que realizamos en el Museo del Calzado de Elda, para homenajear a los trabajadores de los distintos oficios en la antigüedad. El día 26 se ofició una misa solemne presidida por el Cardenal Henri Schwerin (debo aclarar que tradicionalmente, los actos eran siempre presididos por un Cardenal, para darle mayor solemnidad e importancia al acontecimiento); en el transcurso de la misma, se impuso a cada uno de los homenajeados la "capa blanca", distintivo del Consorcio de San Crispín y San Crispiniano. Esas distinciones recaen en personas locales, pero de forma extraordinaria en algunos otros que proceden de España, en ese año recibieron la capa, el industrial eldense Manuel Amat, que fue gerente de la antigua y conocida marca de zapatos "Margarita" y también el director de la Federación de Industriales del Calzado de España.
Saludando al cardenal SchwerinEl Museo del Calzado de VigévanoEn aquellos días visité el Museo della Calzatura e della Técnica Calzaturiera "Pietro Bertolini", uno de los museos de calzado más antiguos de Italia y del que había oído hablar mucho, manteniendo una reunión de trabajo con el director y el personal técnico. Se trataba de un museo enmarcado en un recinto impresionante, como también eran sorprendentes las piezas que contenía, entre ellas algunos zapatos de varios papas.Está ubicado en la plaza Ducale, construida por Ludovico el Moro en el año 1492, así como el castillo fortaleza de Vigévano, compuesto por la torre de Bramante, con un puente de entrada, con un enorme patio para las antiguas caballerizas, y en el salón principal, allí está el Museo del Calzado, recordando a los visitantes que ese lugar emblemático de la antigüedad, debía guardar las reliquias de una industria brillante del pasado, como lo fue la fabricación de calzado en Vigévano. El nombre de "Pietro Bertolini" se debe al creador y primer director de ese Museo al que dedicó muchos años de su vida, hasta conseguir posicionarlo entre uno de los mejores del mundo.
Prendas papales en un Museo Escudo de Juan XXIII
El Papa Juan XXIII Ángelo Giuseppe Roncalli, nació el 25 de Noviembre de 1881 en el caserío Brusico de Sotto Il Monte, provincia de Bérgamo (Italia) en el seno de una humilde familia numerosa, 10 hijos, ocupando el tercer lugar en el orden de nacimientos. Fue educado en la pobreza, una condición que con frecuencia acompaña a la vida de los grandes hombres. Fue ordenado sacerdote en 1904 y celebró su primera eucaristía en la basílica de San Pedro de Roma.
Juan XXIII coronado Papa
El cuerpo de Juan XXIII
Detalle del calzado del Papa Juan La generosidad del Cardenal Lori Francesco CapovillaMe comentaron que el que fuera secretario personal del Papa, el Arzobispo Loris Capovilla, actualmente Cardenal, a cuyo cargo estaba el museo que, dedicado a Juan XXIII, estaba abierto en Sotto il Monte; era un hombre de muy avanzada edad, pero aún así, seguía custodiando la Casa Museo, donde se conservaban las vestimentas y objetos personales de aquel Santo Papa; nos invitaron a realizarle una petición por escrito en ese sentido; solicitar algún zapato del "Papa Bueno" como se le conoció cariñosamente.Loris Capovilla fue Ordenado sacerdote el 23 de mayo de1940, se integró en el clero de Venecia como capellán militar durante la Segunda Guerra Mundial y después, el 8 de septiembre de 1943, colaboró con la Resistencia Italiana. Inició su labor como sacerdote patriarcal con el cardenal Ángelo, electo Patriarca de Venecia en 1953, que lo tomó como su secretario personal. Después de ser elegido como Juan XXIII, Capovilla mantuvo su puesto y asignación y le siguió a Roma. Fue su más estrecho colaborador durante su pontificado, que terminó en 1963, participando también en el Concilio Vaticano II.
La llegada de los zapatos del Papa JuanDe regreso a Elda, preparamos los escritos que nos habían sugerido y solicitamos unos zapatos, siempre por mediación de uno de los amigos personales de Capovilla, Ángelo Caserio, a quien conocimos en Vigévano por ser uno de los organizadores de la fiesta en honor a San Crispín, los remitimos al entonces arzobispo Capovilla y esperamos a que nuestra solicitud fuese estimada. Al cabo de unas semanas recibimos una carta, por la que se había valorado positivamente nuestra petición y "conocedor de la importancia del Museo del Calzado de Elda", nos remitían los zapatos del Santo Padre Juan XIII; pero la sorpresa fue que esos zapatos eran, nada más y nada menos, que los que calzó el Papa el día de su coronación en la Plaza de San Pedro, así se afirmaba en el Certificado que se acompañaba. Los zapatos llegaron junto con unas calzas o medias de tejido blanco con ribetes en hilo de oro, que se solían emplear en este tipo de ceremonias y que también fueron usados por el papa Juan.
La llegada de los zapatos del papa a Elda se convirtió en un acontecimiento que me atrevería a clasificar de "histórico", por la relevancia que tenía para el Museo y también para la ciudad. Con el párroco de la Iglesia de Santa Ana, José Navarro, preparamos el recibimiento que se merecía una prenda de uno de los papas que estaba llamado a subir a los altares. El día 13 de Octubre de 2004,a las ocho de la tarde, dio comienzo el acto con la visita del Obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, Victorio Oliver Domingo, a las instalaciones del Museo del Calzado. En el salón de actos del Museo y ante un público que abarrotaba el aforo, agradecimos la visita del Obispo y la donación que se realizaba, estando presente la persona que lo hizo posible, Ángelo Caserio; el obispo Oliver repasó la vida y obra del Papa Juan XXIII. Posteriormente el propio Obispo, acompañado por los presentes, entre los que se encontraban los distintos sacerdotes de las parroquias de Elda, y seguidos del público asistente, se procedió a depositar los zapatos de Juan XXIII en la vitrina habilitada para tal efecto.
El día 27 de Abril de 2014, Juan XXIII pasó a ser un Santo de la Iglesia Católica, junto con el papa Juan Pablo II; con la coincidencia que la canonización se producía en el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, convocado por el papa Juan para abrir la Iglesia a los humildes.
Sus zapatos y sus calzas, se conservarán en el Museo del Calzado como una reliquia del Papa que inició el proceso de renovación de la Iglesia.Para el Museo y para la ciudad de Elda, el honor y el privilegio de conservar para siempre una reliquia de un Santo, marca uno de los hitos más importantes, desde el punto de vista religioso, del siglo XXI y dan un toque de exclusividad a la muestra zapatera.José María Amat Amer
BibliografíaMuseo del Calzado de EldaMuseo del calzado de VigévanoBiografías y vidaWikipediawww.papagiovanni.comCALZARTEImágenes Google
La FICIA. Un gran esfuerzo colectivo
* Publicado en la Revista "Fiestas Mayores" en Septiembre del año 2014