Colección Claudio Strinati Collection, Roma
El ingreso en los conventos de mujeres con cualidades para el arte, o que tenían parientes artistas, no era un hecho extraordinario en la época de la Contrarreforma. Las monjas pintoras no sólo podían embellecer el convento con sus obras; también podían proveer ingresos a la institución con la realización de sus encargos. Tal fue el caso de una pintora manierista nacida bajo el nombre de Giustina Fetti, quien al ingresar a la orden del Convento franciscano de Sant’Orsola de Mantua, el 3 de diciembre de 1614, tomó el nombre de Suor Lucrina Fetti. Su fecha de nacimiento está calculada, basándose en ese dato, cerca del año 1590. Su padre fue un pintor poco conocido llamado Pietro Fetti y su hermano Domenico también fue pintor.
Lucrina vivió su infancia en Roma, y es probable que recibiera su educación artística de su hermano Domenico, quien fue invitado a pintar en la corte del duque Ferdinando I Gonzaga en Mantua, donde fue acompañado por ella. El duque aportó la dote para que la pintora pudiese ingresar al convento de Sant'Orsola. Luego de la partida de su padre a Venecia en 1622, Lucrina se dedicó a la actividad artística por completo. Trabajó en el estudio de su hermano, pintó retratos de la familia Gonzaga y se dedicó especialmente a la representación de temas religiosos para el convento. En los retratos femeninos de la familia Gonzaga se destacó en la elaboración de los suntuosos vestidos de brocado, enriquecidos con finas joyas. Es característica la postura en tres cuartos de las modelos, y sus rostros son realistas, aunque sin llegar a indagar en la expresión al punto de hundirse en la psicología de los personajes, como puede verse en otras obras del período barroco.
Eleanor Gonzaga (1598-1655), esposa de Ferdinando II (1578-1637)
Aunque Lucrina no tuvo las mismas oportunidades para estudiar la figura humana que su hermano Domenico, su pintura demuestra lo que ella pudo aprender a través de la atenta observación. Sus obras religiosas se circunscriben a un manierismo tardío y muestran una teatralidad emotiva acorde con el espíritu de la contrarreforma religiosa.
Arcángel Gabriel de la Anunciación
Lucrina Fetti se mantuvo activa en la pintura hasta la fecha de su muerte, según manifiesta el biógrafo Filippo Balducinni en su obra Notizie de’professori del disegno da Cimabue in qua (1681-1728). Falleció alrededor de 1650. Una prueba del respeto que tuvo la familia Gonzaga por Lucrina es el hecho de que Giovanni Alessandro Martinelli, quien disertara en los funerales de algunos de los duques de Mantua, fuese el encargado de leer la oración fúnebre en homenaje a la pintora, como también lo hiciera en el funeral de Domenico en 1623.
Fuentes
L’Araba Felice, Dominae
Clara Database of women artists