Luigi Loir (1845-1916) nació en Goritz, Austria, en 1845. Empezó su formación en la Ecole des Beaux-Arts de Parma, y diez años después se trasladó a París, donde entraría en el taller del pintor francés Jean Amable Amedée Pastelot. Gracias a su maestro, Loir se convirtió en un aclamado muralista, aunque a partir de 1870 se dedicó exclusivamente a pintar escenas de París. En estas obras, Loir intentó captar diversas vistas de la ciudad en diferentes horas del día, así como sus situaciones atmosféricas: le gustaban los cielos nubosos, la lluvia, la mezcla de la niebla con las luces eléctricas, el anochecer y los reflejos del sol en un día espléndido.