Los lunares rojos son científicamente conocidos como angiomas (angioma capilar adquirido), Nevus Ruby o Nevus Cherry, y se caracterizan por ser parecidos a un lunar, pero de un color rojo muy intenso y que sobresalen la piel. Suelen darse en personas de piel muy blanca, y hacia la mediana edad. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo pero son más habituales en el tronco. Su origen es distinto al de los lunares convencionales y también hay que vigilarlos, lo explicamos todo a continuación:
¿Por qué me salen lunares rojos?
Así como los lunares se deben a la acumulación de células que deciden el color de nuestra piel. En cambio, los angiomas o lunares rojos se deben a una alteración en los vasos sanguíneos, que pueden tener diversos orígenes, como:
- Alguna anomalía o problema en el hígado.
- Una mala alimentación que acumula toxinas en el intestino y el hígado.
- Crecimiento anormal de los vasos sanguíneos.
- Sobreexposición al Sol.
- Desórdenes hormonales en las mujeres.
- En la mayoría de casos la tendencia a desarrollar lunares rojos es hereditaria.
¿Son peligrosos?
La aparición de este nuevo objeto extraño en la piel puede llevarnos a pensar que se trate de un rasgo peligroso o sintomático de alguna enfermedad. Ante eso no es necesario alarmarse, pues no significan ninguna enfermedad grave. Aún así, se deben a cambios en nuestro organismo y son un tipo de Nevus así que es necesario mantenerlos vigilados:
Si tienen bordes irregulares, crecen más de 6mm o su aspecto y tamaño cambia con mucha rapidez es necesario acudir a un dermatólogo cuanto antes para una exploración y seguimiento, al igual que se recomienda con los lunares convencionales.
No es un mayor problema si aparece algún angioma o lunar rojo, pero si en poco tiempo aparecen muchos de ellos, también es síntoma de que algo en nuestro organismo no va bien. Acuda pues al dermatólogo para localizar la causa.
El color también es un signo de alerta. Si se mantienen de color rojo están en estado normal, pero si ve que se van volviendo más oscuros, también debe contactar con su dermatólogo. El procedimiento más recomendable en el caso de Nevus, es concertar una revisión rutinaria anual con el dermatólogo para llevar un seguimiento profesional de cualquier anomalía de nuestra piel.