La farmacéutica danesa Lundbeck aseguró que no retiraría su fármaco Nembutal del mercado norteamericano, a pesar de su objeción moral de que las prisiones estatales lo utilizan en las ejecuciones. Y es que los pacientes con epilepsia aún necesitan el fármaco, dijeron los ejecutivos de la firma, por lo que suspender el abastecimiento no sería compasivo. Aunque la compañía tiene otro as bajo la manga para mantener el producto fuera de los condenados a muerte.
Lundbeck planea forzar a los distribuidores a contratos que les prohíban abastecer a las prisiones en estados con pena capital, informan los medios daneses. Ello significa un cambio radical respecto a las declaraciones previas, cuando los ejecutivos dijeron que no eran capaces de evitar que Nembutal fuera utilizado en ejecuciones; desde entonces, la compañía ha estado trabajando con un grupo británico que está en contra de la pena de muerte pera encontrar formas de hacerlo.
“No podemos garantizar nada, pero estamos convencidos de que nuestro nuevo programa de distribución limitará significativamente el mal uso que hacen las prisiones de Nembutal en ejecuciones”, dijo el director de Lundbeck (citado por el ‘Copenhagen Post’), “mientras que al mismo tiempo aseguramos que los pacientes continúen teniendo acceso a un fármaco que les salva la vida”.
El dilema de Lundbeck es causado por el cóctel de fármacos utilizado para ejecutar prisioneros en los EEUU. El abastecimiento escaso de uno de los fármacos claves en ese cóctel forzó a los estados a buscar otros fármacos; y Nembutal fue uno de ellos. Lundbeck ha estado protestando ese uso de su fármaco desde entonces y los oponentes a la pena de muerte en varios países han estado tratando de evitar que otros fármacos sean exportados a los EEUU para su uso en las prisiones.