Escher era el highlight de la Semana Santa, una razón justificada para prescindir de la paz y las tapitas de la Sierra por unas horas. Sabéis que no me duelen prendas al confesar que no me gusta La Alhambra así que siempre debo tener un muy buen motivo para adentrarme en ella de manera voluntaria. Y es que en términos alhambrinos decir mogollón de guiris es quedarse corto. Para que os hagáis una idea, llegamos a las 12h y ya se habían acabado las entradas del día. Menos mal que no hay que hacer colas para entrar al Palacio de Carlos V! Imagen que se ajusta muy bien a la expresión "mogollón de guiris" pero muy mal a la realidad: eran miles de guiris más, estos son pocos y están muy ordenadosCon todo, estas visitas esporádicas al templo de lo cuadrado siempre acaban siendo divertidas, aunque solo sea por las infinitas discusiones artísticas que motiva entre Mr. Webb y una servidora, que empiezan con un "me sigue gustando más la Mezquita de Córdoba" por mi parte, generalmente solo para que salten chispas, y acaban invariablemente con un "eso que te gusta a ti no es arte", en clara alusión a mi (yo creo que no tan extraña) fascinación por los ready made. Mr. Webb, acérrimo defensor y apasionado de La Alhambra, mira con cara de pocos amigos a la fotógrafa y contrincante en el evento (moi)Pero para allí que nos fuimos, mientras discutíamos, porque Escher es como L'Oréal -que lo vale. Íbamos con tiempo, porque los 7 ámbitos de los que hablan en el microsite creado con motivo de la exposición parecía que tenían miga y yo tenía prisa por descubrir qué narices le había visto Escher a la Alhambra y cómo había influido en su obra. Yo, con prisa. Pese a que parece que no haya un solo guiri os juro que había millones.El Palacio de Carlos V es lo menos alhambroso de La Alhambra. Renacentista, cómo no. Puesto ahí probablemente por alguien que compartía opinión y gustos conmigo. Es un remanso de paz porque, aunque necesariamente esté lleno de guiris, los que entran aquí solo lo hacen para echar la siesta al sol. Además, es lo único redondo en kilómetros y a mí me hace feliz. Cuadrado por fuera... ...redondo por dentro. Nótese la sonrisa que provoca en mí la circularidad.La exposición de Escher? Bueno, cuanto menos es escasa. Los 7 ámbitos son en realidad 7 grupos distintos de obras -y algunos grupos cuentan con solo una o dos. Así que tenemos dos salas: una con una breve selección de su obra gráfica y otra con proyecciones de Metamorphose, de Jan Bosdriesz, definitivamente lo mejor. Así que os dejo con un par de vídeos que, si bien no llegarán al festival de Cannes, os harán disfrutar (espero) un rato.
EDITO para contaros que El Dado del Arte habla también de Escher hoy, aunque de manera mucho más ortodoxa!