Food Story in Ma Khin Café at Valencia
Siempre que voy a Valencia me gusta volver a ver a los sitios de siempre, recorrer las calles por donde solía salir con mis amigos, y compartir y revivir anécdotas de lo que he vivido allí, pero esta vez iba en compañía de mi compañero de aventura, Sergio, y quisimos visitar un sitio muy especial, Ma Khin Café. Un sitio que destaca no sólo por su comida fusión asiática hecha con ingredientes de gran calidad y muy sana, sino que además cuenta con un espacio que se ubica dentro del emblemático Mercado de Colón. El espacio diáfano, cálido, moderno y que mezcla elementos de diferentes culturas hace que el visitar este restaurante sea no solo una experiencia gastronómica diferente, es en total una experiencia vital donde puedes disfrutar de una carta amplia un horario más que flexible y además de un trato excelente uno de los elementos más importantes de un restaurante.
Creo que ha sido una de las mejores experiencias gastronómicas que he podido disfrutar, y es que el poder haber conocido a su creador, el chef Steve Anderson hace que conectes automáticamente con un concepto de restaurante diferente y personal, ya que el sitio toma su nombre de la bisabuela de su fundador, y desde ese momento sabes que ese espacio donde las culturas se mezclan y tiene su cocina a la vista de todos, está cuidado en al detalle. Pudimos probar desde su ensalada de Quinoa con salmón, pasando por Clotxinas con leche de coco y curry verde, hasta llegar a su delicioso pato. Una experiencia que viaja desde la esencia de lo asiático hasta lo más típico de la ciudad de Valencia, ofreciendo así un concepto gastronómico totalmente nuevo y delicioso.
Si algo me sorprendió del equipo fue su amabilidad, explicandonos al detalle cada uno de los platos y recetas, orígenes y aquellas curiosidades que marcan la diferencia, como el detalle de que las Clotxinas solo están en temporada en los meses sin ‘r’, incluso llegar a ayudarnos con las fotos subiéndose a las sillas para ayudarnos con los planos cenitales, imaginad la cara que se les quedó cuando les pedí ese favor, aún así nos ayudaron muy amablemente e hicieron de la comida una experiencia de 10. Y me podría pasar aquí hablando horas y horas de sus espacios, de la calidad de sus platos, de como aúnan lo occidental con lo asiático, pero hay ciertas experiencias que merecen ser vividas, más que solo contadas.