MABCA – Museo de Arte Contemporaneo de Barcelona – R. Meier

Por Croquizar Fernando Garcia @croquizar

Textos:De la redacción de Croquizar. Decir mucho, en pocas líneasEn base a fuentes libres citadas en el artículo

El MACBA presenta algunos aspectos relevantes que trascienden al propio edificio y a su arquitectura, esto si lo enmarcamos en lo relativo a las políticas urbanas, los equipamientos de ocio y cultura y, finalmente, a las formas de legitimación de los productos culturales. Por otro lado interesa el proyecto enmarcado dentro de la obra de su autor, donde es sólo un caso particular dentro de la serie de casos posibles; el tema hace al modo de operar de Meier, a su lección de modernidad y su desencanto implícito. Por último se debe señalar una paradoja que no es tal: que fuera justamente el blanco desencantado de Meier el encargado de dar vida y ofrecer su imagen a las aspiraciones de una ciudad lanzada a la conquista de un puesto en el horizonte cultural europeo.

El edificio blanco, helado y sin sorpresas del Raval, debió ser elevado a la categoría de monumento por acción de la prensa local, haciendo uso de las mitologías más banales para así, cerrar el ciclo de las prácticas contemporáneas, y a ello la neutralidad del propio edificio no opone ninguna resistencia; en Bilbao, Frank Gehry muestra otra cara de una idéntica moneda. A diferencia de Le Corbusier en los veinte, detrás de los blancos volúmenes de Meier no existe ninguna utopía, ni siquiera las frecuentes rampas son con sentido estricto.

Los objetos de Meier son finas artesanías de quien conoce bien su oficio y no espera ninguna redención. A treinta años de distancia, la arquitectura de Meier no ha dejado de parecerse a sí misma, en ella un conjunto de componentes siempre idénticos, asumen configuraciones diversas sobre una geometría contundente y visible hasta en los detalles más ínfimos; configuraciones dentro de un campo de posibilidades definidos por las leyes de un “Ars Combinatoria” y que sólo contempla, como pequeñas inflexiones, las condiciones de lugar (el estrecho pasaje entre el cilindro y el volumen de la tienda de souvenirs, evoca las calles estrechas del barrio gótico, un recurso empleado por Meier en condiciones si (milares de tejido laberíntico).

La paradoja está en la elección de Meier, un arquitecto que saltó a la notoriedad a partir de las exposiciones de los ìfive architectsî de New York a principios de los setenta, un grupo que aparece en el horizonte estadounidense como culminación de un proceso de desencantamiento que tiene sus raíces en el propio Wright y en el agotamiento de la experiencia de Louis Kahn. El “invento publictario” de Peter Eisenmann, consistió en lanzar un grupo heterogéneo e inexistente, bajo un rótulo homogéneo.

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Programa: Museo de Arte Contemporaneo Ubicación: Barcelona – España Autores: Richard Meier Fecha: 1990 – 1995

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