Son botellas de plástico a las que se las abre por el fondo, y directamente las ponemos en un vaso con agua, para que por capilaridad la planta se riegue.
Para que funcionen correctamente estas macetas autorregantes, debemos de poner unos guijarros en el fondo, de esta manera evitamos que la tierra caiga en el vaso, a continuación ponemos la tierra o sustrato para plantas, y luego procedemos a poner nuestra planta.
Realmente el proceso es muy sencillo, igual que cuando regamos las plantas delicadas, poniendo agua en el plato en el que apoyamos la maceta, de esta manera absorben el agua que necesitan. Aunque no por sencillo no deja de ser original, además que reciclamos y hacemos una pequeña contribución a mantener el medio ambiente.
Esta idea la podemos trasladar a otras macetas, para cuando nos vamos de vacaciones y necesitamos dejar nuestras plantas, y no tenemos nadie que nos las pueda cuidar.
Este diseño nos viene de la mano de Naomi Thellier de Poncheville, que es una diseñadora franco-inglesa.
Fuente Naomi Thellier de Poncheville