La ópera se divide en tres actos, con una duración de unas tres horas si contamos los descansos y de los cuales la primera mitad del segundo me resultó el más espectacular, ya que fue cuando Miki Mori, que es quien interpretaba a Butterfly, se luce más; además, no es tan triste como el tercer acto, ni tan introductorio como el primero. A grosso modo nos cuenta la historia de amor y desengaño de Cio-Cio-San o Butterfly y F.B. Pinkerton. Creo que esto es conocido por todos, pero si váis a verla os recomiendo que os leáis antes de qué trata cada acto porque en caso contrario no os enteraréis de un carallo (a no ser que os pongan subtítulos, tal y como hicieron ayer; que al principio se veían un pelín cutresco pero luego se agradeció soberanamente).
Y poco más puedo decir, si fuera Sil posiblemente os diría que os pondría un video la mar de bonico y os diría que os fijárais en los contrastes y en la fuerza que transmite chilli. Desde mi punto de vista de recién iniciado en este mundillo operístico, no puedo más que recomendar la obra y si tuviera que ponerle una nota, le soltaría el 10 de calle. Sin más, si tenéis la oportunidad, id a verla que yo por mi parte en cuanto me entere de que se representa una ópera en la ciudad en la que esté residiendo en ese momento sin duda alguna iré a verla.
P.D.: Sé que el post me ha quedado nada más que raruno, pero todavía estoy medio-dormido.