Madrid cuenta con el primer simulador del mundo de radioterapia intraoperatoria

Por Fat

Una radioterapia "casi segura" para el tratamiento de los tumores. Eso es lo que se puede conseguir con el primer simulador del mundo de radioterapia intraoperatoria que se ha presentado hoy en Madrid y que permite simular el comportamiento de los órganos del paciente en un proceso de cirugía oncológica. A partir de las imágenes en dos dimensiones de un escáner, explica Felipe Calvo, del Hospital Gregorio Marañón, se genera una visualización tridimensional «que aporta toda la información necesaria para que el oncólogo y el cirujano planifiquen el procedimiento quirúrgico y radioterápico antes de que el paciente reciba ninguna dosis de radiación, lo que contribuye a mejorar su calidad de vida y minimizar los riesgos».
Este nuevo sistema, ya patentado, es seguro y fiable, como se ha demostrado en los primeros resultados obtenidos 70 pacientes, y ya publicados en una revista científica, que han permitido que cuente con la certificación de marca CE, lo que autoriza su comercialización en todos los estados miembros de la Unión Europea, y está a la espera de que lo aprueben las autoridades sanitarias de EE.UU. (FDA). De alguna manera, reconoce Calvo, el coordinador del proyecto, define lo que deberá ser el quirófano del siglo XXI, compuesto de un «acelerador lineal en miniatura para que pueda usarse en un quirófano, un sistema de imagen intraoperatoria y un pantalla de plasma en la que se visualiza la operación».
El planificador quirúrgico Radiance es el primer simulador, navegador y planificador dosimétrico en el mundo capaz de «preplanificar» las decisiones de una intervención quirúrgica y los «efectos» de la radioterapia aplicada al paciente en una operación, antes de que éste sea realmente operado y sin recibir ninguna dosis de radiación.
-Cirugía simulada
Según Felipe Calvo, el sistema «dibuja» el tumor, «establece» los márgenes de seguridad para la radioterapia y «define» los órganos críticos. A partir de la representación tridimensional anatómica reconstruida en el sistema de navegación, explica José Antonio Santos, «se simula el marco anatómico del acceso operatorio y la colocación sobre el paciente de un aplicador que sirve para conducir el haz de radiación sobre el tumor como si estuviera siendo realmente intervenido».
De esta manera, señalan los expertos, es posible conocer la dosis que recibiría cualquier tejido, piel, hueso, músculo, intestino y vejiga o si existiese algún riesgo para los tejidos normales no protegidos, dado que la radiación se aplica a los centímetros de profundidad que el especialista determina y se frena súbitamente, por lo que solo atraviesa el espesor de los tejidos predeterminados del paciente.
Así, dice Felipe Calvo, cuando el paciente va a ser intervenido ya se han tomado «el 90% de las decisiones radioquirúrgicas», por lo que podemos hablar de una cirugía «casi segura».
-Tumores localizados
Este sistema sólo está indicado para aquellos tumores «localizados», los que son susceptibles de ser tratados mediante cirugía y radioterapia. La experiencia de este equipo de trabajo habla de unas tasas de control local del 95% en tumores «sin residuos de tumor», de un 75% en tumores «con residuos» y de un 50% en aquellos que son prácticamente «incurables».
Otra de las ventajas de este procedimiento reside en que todos los tumores intra-abdominales pueden recibir potencialmente este tratamiento, si bien los cánceres de recto y los sarcomas son los que se han tratado en mayor proporción y con resultados muy positivos. Asimismo, este procedimiento permitirá acortar el tiempo de tratamiento gracias al empleo de dosis altas y únicas sobre un punto tumoral muy bien definido, protegiendo los tejidos sanos a través de sistemas de imagen guiada en tiempo real. La radioterapia intraoperatoria laparoscópica no compite, sino que complementa y facilita el acceso más temprano a la quimioterapia y a la administración de fármacos biológicos.
El sistema, destacó el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Fenández-Lasquetty, es el resultado de un proyecto conjunto, de varios años de investigación tecnológica entre los departamentos de Oncología, y Medicina y Cirugía Experimental del hospital Gregorio Marañón y un socio tecnológico como GMV -empresa nacida en Madrid-, y en el que han participado cinco universidades y seis hospitales españoles. Es, dijo, «una avance científico, pero también real para los pacientes».
**Publicado en "ABC SALUD"