Maíz MON810 en España: Un fracaso muy exitoso.

Por Jmmulet
España es el principal productor europeo de maíz transgénico. ¿Cómo está funcionando? ¿es una alternativa válida para los agricultores o prefieren el maíz convencional? pues nada mejor que fijarse en los datos de estadística agraria. El ministerio de agricultura, alimentación y medio ambiente (MAGRAMA) ha hecho públicos los datos de cultivo de maíz transgénico referidos al años 2012. Y las cifras, como era de esperar, siguen la tendencia de otros años. En el 2012 se sembraron un total de 116.306 hectáreas, lo que supone un un 20% de aumento sobre el 2011. Si vamos a la producción total de maíz implica que el 30% de todo el maíz que se siembra en España es transgénico. En porcentaje, el maíz trasngénico ha aumentado su cuota respecto del total en un 3,5%. Es decir, el 20% de aumento no es atribuible únicamente al incremento de la superficie sembrada con maíz, sino que hay un porcentaje de agricultores que han pasado de sembrar maíz convencional a maíz transgénico.


Si desglosamos los datos por autonomías: Aragón, Cataluña y Extremadura son las que destinan mayor superficie a este tipo de cultivo. Es curioso que estas tres autonomías cambiaron de gobierno en las últimas elecciones autonómicas, pero este no parece haber implicado ningún cambio en la tendencia creciente en apostar por los cultivos transgénicos, es decir, el uso de transgénicos depende únicamente de la decisión individual de los agricultores, no de ninguna directriz política.



Hay que tener en cuenta que estas cifras suponen una doble confirmación. El maíz MON810, el único que se siembra en España a nivel comercial. La férrea legislación europea ha impedido que se autorice ninguna nueva variedad de maíz transgénico. Durante todo este tiempo han salido variedades de maíz convencional mucho más eficientes y con mayor productividad que MON810, que ya es una variedad antigua. No obstante, como estas variedades no incorporan la resistencia al taladro, los agricultores optan por la variedad transgénica en detrimento de otras variedades que, en ausencia de la plaga del taladro, darían mejor resultado. De hecho la localización geográfica de los cultivos transgénicos responde principalmente a este factor. Sembrar maíz Bt en zonas donde la plaga del taladro del maíz no está presente es una tontería. No vale la pena comprar semilla más cara y con menos rendimiento si no es por una amenaza real. Una de las ventajas de los transgénicos es que ofrecen soluciones concretas a problemas concretos, por eso cualquier generalización que se haga sobre ellos, suele contener alguna falacia. Lo más triste es que la autorización de nuevas variedades que juntaran estos caracteres (mayor productividad, resistencia a insectos) nos permitiría aumentar el nivel de producción de alimentos... pero es el precio que tenemos que pagar por la trasnochada y acientífica utopía antitransgénica, de la cual acabaremos sufriendo las consecuencias. Bueno, de hecho las estamos sufriendo ya. Solo hay que ver lo que le está pasando al sector del algodón, al que se le ha impedido competir en igualdad de condiciones.


Por lo tanto no hay ninguna cifra objetiva que nos indique que los trasngénicos están fracasando, más bien al contrario. Solo alguien que no tiene ni idea podría decir una falacia semejante. Compartir