Lo sé, me consta que al pobre mío a veces le tengo agobiado con mis historias, con mis comentarios, con mis ruegos y peticiones en cuanto a gastronomía, a cocina y al blog se refiere. He de reconocer que como se dice vulgarmente “conmigo tiene el cielo ganado”. ¡¡ Qué paciencia tiene !! Lo sé, lo admito y le valoro muchísimo su ayuda y compresión; él sabe que sin él, “Mi Cocina” igual dejaría de funcionar en los caminos virtuales.
Bien es cierto que uno de los objetivos que me marco al publicar éste blog es seguir aprendiendo, descubriendo y hacer mi cocina del día a día más divertida y que no sea nada aburrida; también compartir, transmitir y en buena medida enseñar a quienes siguen mis recetas es que todo el mundo, cualquier persona puede cocinar de una forma fácil, sin muchas complicaciones, intentando demostrar que lo que yo hago, puede hacerlo cualquiera sin tener conocimientos culinarios.
Cuando alguien me dice que cocino bien, me siento halagada pero a la vez abrumada, siempre suelo contestar que sólo soy un ama de casa, apasionada por la gastronomía (sobre todo la gastronomía malagueña, todo hay que decirlo) y es por ello por lo que nace éste “diario”, éste libro de bitácoras, éste blog llamado “Mi Cocina”.
Podrán comprobar en él, que las más de 1.600 recetas publicadas prioritariamente son platos caseros y sencillos, fruto de la tradición de mis mayores, de mis básicos conocimientos culinarios; una gran mayoría también de lo aprendido en mis libros de cocina, en los blogs que sigo, en restaurantes, de grandes chefs a los que admiro y como no de mis viajes e influencia de las gastronomías de otros países, debido a las circunstancias de mi vida,
Ya saben quienes me conocen y siguen mi blog, que en el año 1971 entré a formar parte de una empresa de origen oriental, que distribuía relojes japoneses: Rhythmn, Citizen, Seiko y “mis” Orient Whatch.
Así que imaginen mi ilusión, mi alegría, mis nervios cuando hace unos pocos días, mi marido supo que la Universidad de Málaga tiene en el Aula Gastronómica talleres de cocina y concretamente en éstos días, de cocina japonesa un “Taller de Gastronomía Asiática”….y me inscribe.”.
Este taller es una clase práctica dirigido a amantes de la gastronomía asiática y aficionados al sushi. En el que los asistentes, el alumnado adquieren los conocimientos y técnicas necesarios, practicarán y aprenden a elaborar sushi de calidad profesional en casa.
De momento, sigo con “mis sushis” (en éste enlace pueden ver mis recetas publicadas de cocina japonesa) que espero perfeccionar o por lo menos disfrutar con tan gran maestro.
2 algas nori, 125 grm.de arroz especial para sushi (lo pueden encontrar en cualquier supermercado o establecimientos especializados), 160 ml. de agua, 30 cl. de vinagre de arroz, 15 gramos de azúcar y 10 de sal.
PARA EL RELLENO:
4 langostinos grandes (o bien 8 pequeños), cuatro espárragos blancos (en conserva), pasta de wasabi (igualmente se encuentran en cualquier supermercado en la sección oriental), mayonesa (pueden usar la que venden ya preparada en cualquier supermercado).
PARA ADORNAR:
Huevas de esturión negra (o mejor aún: caviar).
LOS PASOS A SEGUIR:
Personalmente prefiero cocer los langostinos, por lo que el primer paso será cocer los langostinos en agua con sal durante unos dos minutos, escurrirlos, dejarlos enfriar y pelarlos.
Pero ante todo hay que preparar el arroz o “Gohan” que es como se conoce el arroz hervido en japonés. Para ello:
Lavar el arroz en un cuenco, con bastante agua fría tantas veces como sea necesario, hasta que el agua salga completamente clara.
Escurrir el arroz y ponerlo en un cazo con el agua, tapándolo y llevar a ebullición durante unos diez minutos, sin destaparlo. Pasado éste tiempo, retirarlo del fuego y dejarlo reposar unos 15 minutos más o menos, sin destapar en ningún momento (esto último es importante).
Mientras preparar el aderezo, o como le llamarían en Japón, el “sushi-zu”. Éste paso es el secreto del éxito de un buen sushi. Dice el refrán que cada maestrillo tiene su librillo, o como dirían los japoneses: cada “itamae” tiene su receta, que le otorga su sabor característico.
Para ello, en un cuenco echar el vinagre de arroz, el azúcar y la sal, removiendo bien a fin de que queden totalmente integrados.
Una vez reposado el arroz y preparado el aderezo, colocar el arroz en una fuente y echar el aderezo sobre una cuchara de madera distribuyendo por toda la superficie de arroz, con cuidado de no romper los granos de arroz ir mezclando con la espátula de madera haciendo movimientos rápidos y abanicándolo para enfriarlo lo más rápidamente posible.
El arroz debe tener un aspecto brillante, un tanto pegajoso y estar a temperatura ambiente cuando se vaya a utilizar
Poner una lámina de nori (alga) con el lado brillante hacia abajo sobre una esterilla para sushi, en sentido horizontal, y con las manos humedecidas coger porciones de arroz y extender una capa uniforme sobre el nori dejando un margen de 2 cmts. en el extremo más alejado.
En el extremo más cercado colocar horizontalmente los langostinos, al lado una los espárragos….en fila. Justo encima del arroz echar mayonesa al gusto y unos cuantos “toques” de wasabi (con cuidado ya que el sabor es bastante picante)
Humedecer con un poco de agua el extremo del alga para sellar el rollito. Así quedará bien sellado conservando su forma.
Una vez cortados y emplatados, añadir una cucharadita pequeña de huevas de esturión negras (si pueden caviar, mejor que mejor...)