Es mejor tener Mal aliento que no tener nada de aliento”, bromea un dentista.
Pero el problema de la halitosis, o mal aliento ha sido una plaga de la humanidad desde hace siglos, y pocas personas se han reído de esa situación. Para derrotar al mal aliento, se dice que los antiguos griegos se enjuagaban con vino blanco, que los antiguos griegos se enjuagaban con vino blanco, semillas de anís, y mirra: mientras que los italianos confeccionaban un enjuague de salvia, canela, semillas de enebro, raíz de ciprés y hojas de romero, de acuerdo a la academia de odontología General.
Hoy en día, los americanos gastan más de quinientos millones de dólares en enjuagues bucales que a menudo no contienen más que alcohol y saborizantes. Pero la gente se preocupa por su aliento.
Una explicación tal vez es el simple hecho que uno no puede saber si tiene mal aliento. Esta es una situación en la que uno tiene que depender de la honestidad y gentileza de los amigos para que se lo digan a uno. “Somos inmunes a nuestro propio aliento”.
¿Qué sucede si usted está en camino a esa reunión tan importante y sencillamente tiene que saber si su aliento va a entrar antes que usted al salón? Puede tratar de respirar en un pañuelo o pasarse hilo dental entre los dientes.
Los olores fuertes de algunos alimentos como el ajo y la cebolla, y el alcohol son llevados en la corriente sanguínea y exhalados por los pulmones. Otro culpable en darle mal olor a su aliento y en dañar su salud es el tabaco.
Además, algunos problemas de la salud como las infecciones en los senos frontales o la diabetes (que puede causar un aliento con olor a sustancia químicas), pueden ocasionar mal aliento.
Obviamente, el primer paso para hacer algo con respecto al mal aliento, es determinar la causa, aquí se detalla lo que usted puede hacer para mantener su aliento lo más fresco posible:
Mantenga limpia la boca.
“Esa es la clave principal”. Esto quiere decir cepillarse bien dos veces al día. También significa usar hilo dental regularmente. La comida y las bacterias que quedan atrapadas entre los dientes y la línea de las encías solamente se pueden quitar con hilo dental; si se dejan por algún tiempo, la boca no va a oler bien.
También, límpiese la lengua. Las bacterias que se dejan en la lengua pueden, con toda certeza, contribuir a que el aliento no sea muy fresco; por esta razón, asegúrese de cepillarse la lengua luego de haberse lavado los dientes.
Mantenga húmeda la boca.
Una boca seca se equipará a mal aliento. La saliva ayuda a limpiar la boca; tiene una acción natural antibacteriana y lava las partículas de comida. (Dicho sea de paso, la reducción del flujo de saliva por la noche explica el mal aliento uno tiene por la mañana).
Pruebe masticar gomas de mascar sin azúcar o de chupar caramelos de menta sin azúcar para estimular la producción de saliva.
Enjuáguese.
Si no tiene otra cosa, por lo menos enjuagase la boca con agua sola después de comer. El movimiento del agua en la boca puede ayudar a eliminar algunas de las partículas de alimentos que quedan en la boca después de una comida.
Masque perejil.
Esa ramita verde de perejil que viene con la comida puede servir para algo más que simplemente decorar el plato Aunque mascar perejil o menta no va a curarle el mal aliento, el solo olor de la hierba puede ayudar temporalmente a cubrir el olor bucal desagradable. (Básicamente, usted está cambiando un olor desagradable por otro más aceptable).
Las comidas que ayudan a combatir la placa dental pueden ayudar también en el control del mal aliento. Si quiere comer algo rápido, escoja apio, zanahorias, cacahuates (maníes), o un trocito de queso desgrasado. “Una dieta saludable le ayudara también a su diente”.
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