Malas rachas de lectura que te frustran constantemente

Si os digo la verdad, hace ya unos cuantos de días que no hay ninguna reseña por aquí, y soy consciente de ello, pero actualmente estoy atravesando una racha de malas lecturas que parece no tener fin. No es la primera vez que me pasa, pero si es la más larga hasta el momento.
Esta mala racha ha comenzado de la mano de Joyland, de Stephen King, libro que pese a tener un comienzo prometedor ha desembocado en un proyecto con falta de acción que se ha desviado demasiado de lo que parecía ser la trama principal. No he conseguido terminarlo y en los próximos días redactaré una breve opinión personal acerca de él.
He continuado con algunas novelas de Terry Pratchett, que prometían mucho humor, factor imprescindible para poder sobrellevar de forma positivo este calor arrollador. Nada, tampoco ha funcionado, pese a echar dos intentos. El primero fue con ¡Voto a Bríos!, el 4 de la saga La guardia (se pueden leer por separado); he terminado con un verdadero caos de personajes, además de que no he conseguido captar el humor, a lo que he pensado: ¿No será que en el primero de la saga se cuenta algo importante? ¡A empezarlo! Pues he empezado ¡Guardias! ¡Guardias!, llevo unas 40 páginas y va por el mismo camino que el primero. Continuaré un poco más; si lo termino, lo reseñaré, sino, no. Conociendo mis gustos por las reseñas que hasta ahora he hecho, ¿creéis que verdaderamente los libros de Terry Pratchett pueden llegar a gustarme y hacerme gracia?
Y ya para terminar (sí, ojalá termine aquí la racha y la próxima lectura sea mucho más agradable), Los indeseables, de Maureen McGowan, del cual llevo 100 páginas y me está pareciendo tópico, previsible y con unos personajes con los que no termino de conectar, principalmente por lo planos que me parecen. Es una distopía y tiene acción, así que seguiré hasta el final; espero que a medida que avance mejore.
¡Desahogado! Es agradable poder contar algo así y dejar de tenerlo dentro, ¡no os imagináis cuánto! Ahora ya de verdad espero que el próximo libro que empiece, o alguno (ojalá los dos) que tengo empezados, mejore y me haga volver a tener tantísimas ganas de leer algo agradable.