Bueno, no le voy a echar toda la culpa a ella, pobrecita, con lo que la habíamos deseado. Todos los años el comienzo de la primavera me provoca sentimientos encontrados, porque estoy deseando que se acabe la oscuridad del invierno, pero a la vez me provoca un bajón de energía tremendo. Cuando todo el mundo se alegra por poder estar en la calle, yo no tengo ganas más que de quedarme en casa y meter la cabeza en un agujero ver series compulsivamente mientras ganchillo sin ton ni son . Hay que tener en cuenta, además de que en Galicia la primavera se sigue vistiendo con bufandas y paraguas, al menos a estas alturas de abril, así que ni siquiera me entran por el ojo los alegres colores de los escaparates de la nueva temporada.
El caso es que este año el momento ha coincidido con la marabunta de trabajo de las clases del final del trimestre, el cansancio acumulado de un proyecto que lleve a cabo este invierno y un catarro que estuve ignorando durante más tiempo del conveniente. Así que ha llegado la primavera, el mes de abril y las vacaciones de Semana Santa y yo sin ganas de nada. Habrá que ponerle remedio, porque en menos que canta un gallo hay que volver a la rutina.
Por lo pronto, me he levantado con ganas de interactuar un poco con mis blogs favoritos, que tenía muchos posts guardados para comentar, incluido en el mío propio. Y de darme un paseo e incluso acercarme a la floristería, a traerme a casa un poco de primavera.
A ti te deseo que disfrutes de estos días, tanto si trabajas como si no, igual si llueve que si luce el sol!