Durante el curso escolar logramos un ritmo fluido en el que con las horas que pasa de juego libre en el cole y la rutina de las tardes, no son tan habituales estas explosiones de enfado “porque se aburre”.Pero en vacaciones, ¡perdemos el ritmo! Ella y yo. Chicosolitario no tanto porque tiene menos vacaciones que nosotras. Así que tenemos que esforzarnos por volver a conseguir un ritmo. Y como siempre hacemos un viaje largo y luego nos vamos una temporada a la playa, pasamos por varios cambios, y no es tan fácil. Entiendo que ella se sienta desubicada, con un montón de tiempo libre y no estructurado por delante. Es una sensación incómoda, debe aprender a llenar ese tiempo, y los aprendizajes nuevos para los niños pequeños provocan muchas veces respuestas de enfado y frustración.
Así que al segundo día de quejas, preparamos un sistema de planificación de actividades que nos está ayudando mucho.
Aburrirse de vez en cuando es buenoHoy en día parece que es obligatorio tener a los niños activos todo el tiempo. Es habitual que los niños hagan 2 y 3 actividades extraescolares a la semana, además de sus horas lectivas, lo que sumado al exceso de entretenimientos de pantalla, hace que los niños anhelen la emoción y la actividad constante.Por otra parte, los padres no nos sentimos cómodos dejando que los niños se aburran y buscamos la manera de que se entretengan, muchas veces abusando de comprarles juguetes y/o recurriendo a las pantallas.Sin embargo, ¡un poco de aburrimiento es bueno!
El aburrimiento fomenta la creatividad. Les ayuda a trabajar el ingenio y les proporciona la oportunidad de usar su cerebro de forma diferente, sin las restricciones que imponen los estrictos horarios del curso escolar o las imposiciones de los adultos.
Mostrar empatía
En lugar de molestarnos porque nos manifiesten su queja, es mejor hacerles ver que les entendemos.
Hablar en primera persona suele ser un buen recurso.Decirles algo así: “Sé que estás aburrido/a, es difícil cuando no sabes qué vas a hacer ahora…”. Dejar que expresen el enfadoYa te hablé aquí de lo importante que es no reprimir las emociones de los niños, deben poder expresarlas, tanto las positivas como las negativas.Ante un cambio de ritmo tan importante como son las vacaciones (tenía un profesor de la facultad que decía que las vacaciones demuestran la esquizofrenia de nuestra sociedad occidental ;-)), es habitual que los niños muestren resistencia, se nieguen a hacer nada, griten, exijan o tengan una rabieta.Conviene que les acompañemos amorosamente en esos momentos y les demos tiempo para que se acomoden a estos nuevos horarios no estructurados.
Planificar actividades Hacer un listado de posibles actividades para hacer en el tiempo libre puede ser de gran ayuda. Hay muchas maneras de hacerlo, nosotras este año hemos preparado un BOTE DE LAS SORPRESAS.
¿Cómo se hace un Bote de las Sorpresas?(1) Hacemos una lista de actividades y juegos que podrían hacerseLa mayoría de actividades de nuestra lista las ha incluido Sunflower, ¡me sorprendió mucho que fuese capaz de nombrar más de 60 actividades!(2) Las plasmamos en papelEn nuestro caso, como Sunflower todavía no lee, le busqué un pictograma para cada una de las actividades que propuso, así de forma visual puede entender qué le ha tocado.
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