A nosotras nos venía de escándalo para decorar una tapita de madera de una caja de yemas. Por cierto, ¿habéis probado las yemas de San Leandro? Un manjar de dioses, donde los haya. La pintamos con pintura a la tiza en blanco roto...
Debemos ser las únicas, en este mundo de las manualidades, que nunca habíamos probado a hacer un transfer...¡y ya era hora! Después de hacer una copia del original, recortamos la figura y aplicamos foto transfer en la madera y en el dibujo.
Y allá que nos pusimos manos a la obra...
Lo más tedioso, sin duda, de la experiencia, la media hora que nos hemos llevado quitando capas de celulosa con los deditos húmedos...
No ha quedado mal, ¿no?
Nuestra Julia se ha sorprendido al ver dónde ha ido a parar su mandala, y lo bien que ha quedado después de que estuviera casi desahuciado.
¿Les gustarán los mandalas a los lectores del Finde Frugal de Marcela? ¡Vamos a descubrirlo!
¡Feliz fin de semana!