"Mi mente está completamente en reposo, mi corazón está lleno de amor y mis manos están felizmente ocupadas en el proceso... la paz perfecta"Kathy Klein.
Todos y cada uno de los elementos que componen estos coloridos mándalas de flores nacen de la naturaleza y a ella vuelven. Estas fotografías, y otras muchas que podéis ver en la página web de su creadora, son el único testimonio de su belleza y existencia efímeras. Kathy Klein, artista que se define amante de las plantas y del universo en general, crea sus mándalas en lugares al aire libre, los deja en ellos y nos los entrega como un acto de amor, como expresión y reflejo de la abundancia de la naturaleza, de la creación y de la vida.
Los mándalas (también pronunciados "mandalas") cuyo origen ancestral se encuentra en la India y en las meditaciones e imágenes budistas, han sido utilizados por el hombre desde tiempos remotos como una herramienta de autoconocimiento y autodescubrimiento para encontrar su propio centro interior. "Mándala" es una palabra de origen sánscrito que significa "círculo", "centro", "esencia". Los mándalas son diagramas, esquemas, representaciones simbólicas y espirituales del Universo en equilibrio, del macrocosmos y del microcosmos. Estéticamente los mándalas son representaciones de figuras bellas, armónicas y perfectas que proporcionan paz y equilibrio, que nos conectan con nosostros mismos, que nos permiten encontrar nuestra fuente de energía vital, nuestro propio camino. Aunque los mándalas tienen una tradición milenaria en muchas culturas, sobre todo orientales, tienen, por sus virtudes terapéuticas, un uso relativamente reciente en occidente. Por ejemplo, el psiquiatra suizo Carl G. Jüng (1875-1961) utilizó los mándalas en terapias con el objetivo de alcanzar la búsqueda de individualidad del ser humano pues representaban para él la totalidad de la mente, abarcando el consciente y el inconsciente. A parte del uso terapéutico, los mándalas son utilizados además como técnicas de aprendizaje, de expresión, de relajación, artísticas... Dibujar o pintar mándalas es una actividad o práctica personal que aporta múltiples beneficios para la persona como la ordenación de nuestro caos interior, la unificación de nuestros hemisferios y la armonización de nuestras dualidades. Para ello no hace falta conocer reglas ni tener grandes habilidades, con pocos elementos, una hoja blanca, un rotulador negro, unos lapiceros de colores... se puede construir un mándala. Lo importante es encontrar un lugar que te inspire tranquilidad, mantener una respiración profunda y consciente, y concentrarse para conectar con el presente y propiciar el encuentro con uno mismo.
Danmala es el nombre que da Kathy Klein a sus creaciones, nombre resultante de la unión de dos palabras en sánscrito védico: "dan" (dador) y "mala" (guirnalda de flores), y que significaría algo así como "el que da la guirnalda de flores", "la entrega de los círculos de flores". El proceso creativo que sigue Kathy Klein en la composición de estos mándalas de flores tiene un carácter profundamente espiritual: primero entra en meditación inspirándose en el silencio puro y centrándose en encontrar un espacio devocional para sí misma, a continuación recoge de la naturaleza los elementos necesarios, flores silvestres y otros elementos de colores vibrantes que después deja caer al suelo buscando un patrón creativo y cuando lo encuentra comienza a colocarlos de una manera cuidadosa y precisa según lo ha visualizado. Kathy Klein crea estos danmalas temporales al aire libre cerca de su casa de Arizona. Cuando ha finalizado de hacerlos toma una fotografía y los deja allí en el lugar donde los creó para que alguien los descubra. Ese es el regalo que hace a quien los encuentra para recordarle que debe escuchar la voz de la naturaleza y ayudarle a conectar con ella.
En la página web de Kathy Klein, "danmala, mandala art" podéis encontrar muchos más, no solo de color rosa o púrpura, unos 300 mándalas creados con pétalos de flores, a cual más bello, y otros muchos realizados con otros elementos de la naturaleza como conchas, piedras, o frutos. Merece la pena echar un vistazo a su extensa galería. Son realmente asombrosos y fascinantes. También en su página podéis encontrar un bonito y tierno poema de quien supongo es hija de Kathy Klein, el cual transcribo a continuación y traduzco así: "Mi mamá lleva un orbe de luz con ella donde quiera que va. Ella se lo muestra a la gente en ocasiones y ellos se ríen. Algunas veces está alrededor de su cara y sus ojos brillan como esmeraldas. Y cuando está preparada, ella lo fija en el suelo, y las flores revolotean alrededor de él en perfecta simetría", Seffa Klein.
My mom carries an orb of light with herwherever she goes.She shows it to people sometimes,and they laugh.Sometimes it’s around her faceand her eyes glow like emeralds.And when she is ready,she sets it on the ground,and flowers hover around it in perfect symmetry.