Mandibula y equilibrio

Por Alvaroatm

El trastorno de la articulación temporomandibular es una afección multifactorial con diversos síntomas que pueden comprometer la unidad funcional de todo el sistema estomatognático, incluidos los ligamentos, los músculos, el disco articular y la articulación misma.

El trastorno se define como un grupo de condiciones dolorosas caracterizadas no necesariamente por patologías sintomáticas sino por alteraciones funcionales en el sistema masticatorio, que pueden clasificarse en múscular, articular o ambas, siendo más comunes en mujeres.

Teniendo en cuenta la necesidad de diseñar parámetros precisos para la recopilación de datos y la preparación de diagnósticos clínicos con respecto a la Disfunción TemporoMandibular, los Criterios Diagnósticos de Investigación para el Trastorno Temporomandibular (RDC / TMD) se desarrollaron en inglés y posteriormente se adaptaron a otros idiomas.

Por lo tanto, los RDC / TMD es un sistema específico de doble eje que proporciona descripciones de los aspectos físicos (eje I) y psicosociales (eje II) de los sujetos evaluados. Este sistema sirve como un sistema organizado y una estructura eficiente para el diagnóstico de la Disfunción TemporoMandibular y puede usarse de manera confiable como un índice de evaluación para intervenciones clínicas, a diferencia de otros cuestionarios.

Un número creciente de estudios de investigación han examinado un posible vínculo funcional entre la disfunción del componente del sistema estomatognático y el control postural, especialmente en la Disfunción TemporoMandibular, además de usar los RDC / TMD para caracterizar la Disfunción TemporoMandibular.

La organización neurofuncional del sistema estomatognático es una evidencia importante que respalda el posible efecto de este sistema en el control postural. Esta relación potencial resulta de la presencia de conexiones neuronales periféricas sensoriomotoras del sistema estomatognático. La relación puede implicar la asociación entre la propiocepción en el sistema estomatognático y los receptores musculares masticatorios, incluidos el huso neuromuscular y el órgano del tendón de Golgi, los receptores del ligamento periodontal y las terminaciones nerviosas libres en el espacio sinovial de la articulación temporomandibular, todos ellos directamente relacionados al circuito sensoriomotor del trigémino.

Por lo tanto, la relación neurológica entre el sistema estomatognático y el control postural se puede atribuir a la conexión funcional con la neurona motora del núcleo del nervio trigémino, que se ve afectada por el Sistema Nervioso Central (SNC), como se determinó experimentalmente.

Por lo tanto, la evidencia que apoya la interacción entre el sistema trigeminal y los núcleos vestibulares, con una posible alteración en el sistema visual y la estabilidad postural, refuerza el argumento de una relación entre el sistema estomatognático y el control postural.

En términos de la interacción entre los sistemas visuales y posturales, las alteraciones en la agudeza visual han sido reportadas previamente para comprometer el control postural, y la pérdida completa de la vista dificulta los ajustes posturales compensatorios y anticipatorios. Estas observaciones indican la importancia de la aferencia visual en las correcciones preventivas y compensatorias durante el mantenimiento de la postura.

Por lo tanto, el funcionamiento de las aferencias sensoriales descritas anteriormente puede presumiblemente dar como resultado la reorganización del control postural y, en consecuencia, generar una alteración en la equilibriocepción. Las diferencias observadas en la influencia corporal entre los controles sanos y los sujetos con Disfunción TemporoMandibular corroboran esta posibilidad.

Con respecto al tratamiento de esta patología, la mejoría y la curación también se han demostrado utilizando un enfoque de terapia física, que se considera eficaz. Entre los recursos de fisioterapia, la movilización mandibular no específica se ha considerado una opción válida en el tratamiento de Disfunción TemporoMandibular.

El argumento para la indicación de esta técnica se basa en la posibilidad de movimiento articular que mejora la función entre las superficies articulares, eliminando contracturas de los tejidos blandos y restaurando la longitud muscular, promoviendo un efecto analgésico con la consiguiente mejora en la apertura y lateralidad de la boca, que disminuyen en pacientes con Disfunción TemporoMandibular.

Los resultados del estudio indican que la movilización inespecífica de la Articulación TemporoMandibular contribuye a la mejora inmediata en el control postural de los sujetos con Disfunción TemporoMandibular. Además, la disminución en las variables del centro de presión o gravedad observadas en sujetos con y sin Disfunción TemporoMandibular sugiere una acción aferente en el sistema trigeminal y es por ello que el tratamiento con fisioterapia en base a un adecuado diagnóstico es fundamental. 

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