Hoy se celebra el día del orgullo gay en Valencia. Entonces suele saltar alguna persona reprimida, algún homófobo o simplemente alguien que no está en plenitud de facultades mentales y dice que no está bien hacer esas celebraciones. Que ya tienen todos los derechos y algún comentario absurdo más.
La pauta de hoy es bastante simple. El sexo está bien. Si te gusta mucho, perfecto. Si te gusta poco, perfecto. Si te gustan de tu mismo sexo, del otro, de ambos, si te gusta masturbarte…lo que sea. El límite del sexo es la otra persona. Si dos personas con capacidad de decisión sobre su vida sexual (esto es lo que impide justificar la pederastia) quieren, adelante. Pero por el otro lado también. Si una parejita heterosexual solamente quiere acostarse 15 veces en su vida para poder tener 12 descendientes, bien también.
El sexo no es un elemento definidor de las personas. Si tengo un hijo homosexual no quiero que me lo diga en una charla trascendental sobre la vida y sus instintos sexuales. Quiero que simplemente diga: “este es mi novio” igual que haría si fuese una chica. O “estas son mis parejas” porque en el futuro las formas de relación evolucionarán a nuevos lugares que hoy empecemos a ver pero no tenemos confirmados. Pero eso hablaremos en futuros vídeos.
Si eres adolescente y estás en el albor de ese inicio sexual no hagas caso a esas típicas normas heteronormativas, machistas y patriarcales. A esos eufemismos que hablan de defender la vida cuando quieren decir perseguir la libertad sexual de la mujer o de proteger la familia y el matrimonio para decir que los transexuales son enfermos y que la homosexualidad hay que tolerarla (aún se escapa quién dice que es una enfermedad pero el nuevo mensaje pretende dar imagen de más “guay” aunque sea la misma basura de siempre) pero no pueden tener sexo.
Que cada cual haga con sus partes bajas (y nobles) lo que quiera (y pueda). Y que deje de joder con lo que hace el resto.
Las anteriores pautas