Los diseños de Mota han vestido a millares de mujeres anónimas de todo el mundo, otras tantas de la alta sociedad y rostros que la mayoría de los mortales conocemos. Su capacidad de creación, innovación y su exquisito gusto a la hora de diseñar estas obras de arte lo convirtieron en un referente en el diseño de vestidos de novia.
Arquitecto de vocación, cambió el diseño de edificios por el diseño textil debido a varios motivos, entre los cuales se encuentran la película "Desayuno con diamantes", el icono de la elegancia "Audrey Hepburn" y la pasión por la moda.
Con 20 años comenzó su formación en IADE, coincidiendo con uno de los gemelos fundadores de Ailanto. Durante esos años demostró su habilidad con el lápiz, dando rienda suelta a su creatividad y despuntando como una promesa del diseño español.
Entró a formar parte de Pronovias en 1990 y revolucionó la imagen de la firma, dotándola de frescura, imaginación y lujo. Su último desfile se presentó en el Museo Nacional de Arte de Cataluña con el lema "Jardín de Sueños". La pasarela se convirtió en un invernadero y las modelos simulaban ser las flores.
Manuel Mota siempre decía a la hora de elegir un vestido de novia que "el vestido que mejor encaje será aquel que se adapte tanto a la personalidad de la novia como a su porte. Es aquel en el que la novia dice es este y ya no duda más. Suelo contarle a mis clientas que cuando encuentran su vestido lo saben al instante, igual que cuando conocen al hombre de su vida".
Se nos ha ido un gran diseñador, un perfeccionista nato, un amante de los detalles, y la persona que consiguió elevar el diseño de vestidos de novia al nivel de la "Alta Costura". Muchos diseñadores coincidieron con él en su formación y posteriormente en las pasarelas, y todos coinciden en la gran pérdida que ha supuesto su muerte.