Se trata de un proyecto de código abierto para que cualquiera pueda hacerse sus propias sillas y taburetes con el plástico marino recolectado. El proceso es tan fácil y está tan bien explicado que casi dan ganas de salir a navegar y contribuir de manera directa a limpiar nuestras costas. De hecho, es lo que los diseñadores nos muestran en el vídeo. Montaron a bordo de un buque de pesca para probar su idea: recogieron el plástico, lo fundieron en un horno casero y le dieron forma con unos sencillos moldes. Hecho esto, la masa se enfría con la propia agua del mar, se atornillan las patas y se marca con el registro de coordenadas geográficas donde se realizó. Ojalá llegue el día en el que cueste hacer estos muebles. Significará que, por fin, acabamos con los plásticos del mar.
Se trata de un proyecto de código abierto para que cualquiera pueda hacerse sus propias sillas y taburetes con el plástico marino recolectado. El proceso es tan fácil y está tan bien explicado que casi dan ganas de salir a navegar y contribuir de manera directa a limpiar nuestras costas. De hecho, es lo que los diseñadores nos muestran en el vídeo. Montaron a bordo de un buque de pesca para probar su idea: recogieron el plástico, lo fundieron en un horno casero y le dieron forma con unos sencillos moldes. Hecho esto, la masa se enfría con la propia agua del mar, se atornillan las patas y se marca con el registro de coordenadas geográficas donde se realizó. Ojalá llegue el día en el que cueste hacer estos muebles. Significará que, por fin, acabamos con los plásticos del mar.