Marc Jacobs y Peter Marino son dos números uno en sus respectivas profesiones. Marc Jacobs, el niño mimado de la moda, director creativo de su propia firma y de Louis Vuitton, no necesita más presentaciones.
Marc Jacobs puede lucir un elegante esmóquin o sorprender llevando faldas, bolsos de Hermès, etc. Le gusta mostrar su cuerpo tatuado y en su última aparición esta misma semana, en el desfile de Louis Vuitton, "rizó el rizo" con un polo/vestido rosa y zapatos de hebilla estilo siglo XVIII.
Para el que no conozca a Marino, os contamos que es un arquitecto muy prestigioso, que se ha especializado en el diseño de espacios para marcas de lujo, además de haber decorado muchas casas de famosos, entre ellas las de Andy Warhol, Yves Saint Laurent, los Agnelli, etc.
Ambos amigos comparten una peculiaridad, su aspecto llama poderosamente la atención. Marino luce siempre el mismo look, vestido de cuero de arriba abajo, gorra incluída y es un habitual de los front-rows de los más importantes desfiles de moda (cuyos dueños suelen ser clientes suyos). En la imagen de arriba con Jaime de Marichalar.