El dispositivo consiste en un estimulador y un sensor implantados quirúrgicamente en el estómago. El estimulador envía pulsos eléctricos para engañar al estómago y al cerebro, haciéndoles sentir que el organismo está satisfecho. Los pulsos son emitidos unos pocos minutos después que empieza a comer o beber, y estos pulsos hacen sentir lleno a la persona después de comer la mitad de lo que solía comer. Hasta ahora, unos 65 pacientes en Gran Bretaña en dos estudios han recibido el artefacto, la mitad de ellos lo usaron durante un año y perdieron un 20% de su peso sin recuperarlo. El apetito es controlado parcialmente por las señales que envían los nervios del estómago al cerebro; el marcapasos estomacal se conecta con ese sistema y comunica al cerebro que el organismo está lleno después del consumo de una cantidad relativamente reducida de alimentos. El efecto secundario más grave relacionado con el marcapasos ha sido una infección vinculada con la cirugía. El Marcapaso cuesta unas 15.000 libras o 24.000 dólares unos 103.200 Bs.